Sesenta.

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Cabaña. ¿Que se llevaba a una cabaña?
La pelirroja teñida me había dicho que era un poco fría en las tardes, pero que en el día era perfecta para nadar en el río.
Tenía dos cuartos, dos baños, una sala principal, una terraza, y unas mesas afuera. Aún no la veía, pero estaba ansiosa.

Guarde unos vestidos de baño, más ropa, y cosas según yo útiles. Jabon, toallas féminas, perfume, maquillaje, ya se imaginarán.

Isaac pasaría a recogernos, la pelirroja puso la cabaña y el, el auto, e Ian y yo pues nuestra hermosa presencia, obvio, ah y la comida.

7:30 am.

La bocina de Isaac sonó, sonreí.
Salí, iba con vestido amarillo floreado, era un poco corto, pero no lo utilizaba hace dos años. Así que era de esperar que eso pasaría.

Abrí la puerta del copiloto y lo besé.

— Vaya que ánimo mañanero tienes, se rio.

— Maneja—, lo pellizque— ¿Que pasó con Ian y Mika?

Bostezo:— Ellos ya están allá cariño, faltamos nosotros. Se fueron ayer, quien sabe qué suciedad hacían. Subió y bajo las cejas lentamente.

— Tenía la idea que venían con nosotros, susurre

— Pues nop— entrelazo nuestras manos—. Así pasaremos más tiempo juntos.

— Solo no te duermas manejando, no quiero morir tan joven.

— Muy gracioso, gruño.

— Te quiero lindo.

— Yo más— susurro— ¿te parece raro?

— ¿Que?, su mandíbula se notaba tensa

— Lo de nosotros, te he notado medio incomoda, y si no te sientes bien conmigo no quiero obligarte a nada.

Lo mire algo extrañada— estoy bien contigo, muy bien. Me siento genial, es solo que... nunca he tenido un novio. Uno real. No sé cómo comportarme

— Aún no somos novios cariño, sonrió

Mis mejillas se sonrojaron, ¿por qué tengo que ser así de impulsiva?

*

Mikaela.

Isaac y Alaska había llegado hace tres horas, y yo estaba aburrida. Ian, Ian era muy tierno, y todo, pero... quería tener algo más que besos.

Alaska había salido a comprar frutas a el centro con Ian, así que era mi momento. Subí las escaleras de la cabaña y toque la puerta ansiosa.

— Pase, su voz ronca despertó algo en mi.

— Hola—,susurre suave, quitándome la toalla. Estaba en traje de baño— ¿Te gusta mi traje? Hice morritos.

— Mmm— su sonrojo se notaba hasta China—. Si,si. Te, te— tosió un poco. —Te queda lindo ¿Vas a nadar?

Me acerqué lentamente a él:— Bueno si quieres puedes acompañarme. Solo si quieres.

— ¿A nadar? No, estoy esperando a Ali.

   Ali, Ali, Ali. Todo era Ali, ¡quería diversión!
— algo más divertido que nadar

El asiento mojado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora