El asiento mojado.

Treinta y ocho

El bus, estaba casi vacío. Y como no, si estaba lloviendo a cantaros a fuera.
Creo que las únicas 5 personas incluyendo a Isacc y a mi, perdimos el tiempo viniendo.

— ¿Y si no vamos?, estamos perdiendo el tiempo—dijo como leyendo mi mente— no creo que haya clases.
— ¿Que tienes en mente?, no era el tipo de chicas que faltaba a clases. Pero Isaac tenía razón, perdíamos tiempo.
— Mmm— se puso la mano en la barbilla— Podemos ir a mi casa en taxi, lo pago yo. Saco el auto, y vamos a la playa.
Reí:— la playa estaba tres horas, además casi no me gusta.
— Bueno, pero vamos al parque de diversiones que hay ahí ¿No te gusta?
Chille:— ¡Tu pagas!

Rodó los ojos y asintió. Bajamos del bus, corriendo por un taxi, y veinte minutos después llego. Mire mal a Isaac.

— ¡no tengo mas ropa!, y estoy mas que empapada—, la verdad no me preocupaba tanto la ropa. Si no que enfermaría otra vez.

Media hora después salíamos de su casa, me presto un short y una camisa celeste, de alguna chica que raramente era de mi talla.

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¡holaaaaa!
Adivinen quien esta en Cali-Colombia.