Cuarenta y ocho

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Alaska

Hoy me sentía realmente triste, un día de esos en los que deseas dormir por tres siglos.

Me alisté para el colegio, y fui a tomar el bus escolar.

–Hey Alaska

No le devolví el saludo, me senté y me puse a pensar en mami. La extraño tanto, mi tía me cuida pero nada es como tu mamá, nada. La que te regaña, pero luego te abraza, que te grita pero luego te hace un chocolate caliente, nada es como eso...

La extraño...

El asiento mojado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora