Días después...
Con Isaac tirando papelitos a mi espalda, y la profesora riñendome por haber faltado a clases, estaba que explotaba.
— ¿Alaska me estas escuchando?, preguntó la vieja con desdén.
Asenti, ella rodó los ojos. Y luego suavizo su mirada.
— No deberías andar mucho con el Alaska. Por favor.
Rodé los ojos, el e Ián eran los únicos que tenia, no los dejaría tan fácil.—No lo haré, usted no lo conoce.
— Oh, cariño— suspiro—. Lo conozco mas que cualquier persona. Pueden irse.
Se levanto dejando la duda vagar en mi mente.
Voltee y le sonreí a Isaac.
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El asiento mojado.
ContoElla. Ella es asocial, muy asocial, tanto así que cada vez que sube al auto-bus, moja el asiento de al lado para que nadie se siente. Y nadie lo hace, nadie quiere mojarse el trasero. Excepto él, bueno él tampoco quiere mojarse el trasero, pero si q...