Al otro día, amaneció lloviendo. Alaska sonreía, le encantaba. Cerró los ojos, y se arropó más, pero su alarma sonó.
— Tonto colegio, murmuró.
Se levanto, se baño, se vistió y salió a esperar el bus, con una sombrilla claro.
Cuando subió, sonrío al chofer. Y se sentó en el primer asiento.
—Hola—sonrío ella.
El soltó una carcajada.
—Me gustan los días de lluvia, te ponen feliz, y menos tímida.
Ella asintió con una sonrisa.
— ¿Qué tal va Jessie?— se refirió a la esposa de el.
— oh, gracias por preguntar. Muy, muy bien, ya solo faltan tres meses—dijo emocionado.
—Suerte.
La gente subía, y subía.
A la 7:30 am, subió un Ian enojado, y mojado. Se sentó junto a Alaska.
—Hola, sonrío ella.
—¿hola?, a Ian le resultaba extraño, que ella fuera así.
— Los días de lluvia la ponen feliz, y menos tímida, le dijo el chofer.
El soltó una carcajada.
— Me alegras la mañana Alaska, me alegras.
ESTÁS LEYENDO
El asiento mojado.
Short StoryElla. Ella es asocial, muy asocial, tanto así que cada vez que sube al auto-bus, moja el asiento de al lado para que nadie se siente. Y nadie lo hace, nadie quiere mojarse el trasero. Excepto él, bueno él tampoco quiere mojarse el trasero, pero si q...