Caminaba despacio a la libreria.
Necesitaba afrontar mi vida, a Isaac, a mi timidez.Abri la gran puerta, e Isaac como siempre estaba en el despacho, al final de la recepcion.
Suspire, y entre.
— Buenos días jefe.
El levanto su cabeza de la mesa, y tenia babas en toda la cara.
Me rei, y el me sonrio.
— Hola señorita.
Busque en mo bolso, y saque una bolsita de pañuelos, se los tire.
— ¿Puedes traer café?
Asenti, al final no había sido tan feo, como pensaba.
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El asiento mojado.
Historia CortaElla. Ella es asocial, muy asocial, tanto así que cada vez que sube al auto-bus, moja el asiento de al lado para que nadie se siente. Y nadie lo hace, nadie quiere mojarse el trasero. Excepto él, bueno él tampoco quiere mojarse el trasero, pero si q...