Capítulo 52: Amaranthine.

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Al día siguiente reuní a Anders, Nate y Ethan para dirigirnos a Amaranthine ya era hora de volver a ver la ciudad de la cual era Arlesa. Hacía años que no caminaba por sus calles, desde que Nate fue enviado a las Marcas Libres y mi padre restringió mi contacto con los Howe.

El camino fue tranquilo pero estaba lleno de refugiados venidos de todas las partes de Ferelden para huir de la Ruina, esto tenía que terminar, en la próxima asamblea conseguiría ayuda para reubicar a toda esta gente.

Amaranthine, era una verdadera joya, una ciudad construida para y por los mercaderes, des de su puerto salían más mercaderías que des de Denerim, era importante que siguiera siendo así, para poder sacar el Arlingo de su decadencia.

-Ese de ahí es Colbert –

-Si encaja con la descripción de Varel – dijo Ethan.

-¿Buscabas un poco de compañía preciosa? Siempre estoy dispuesto para conversar con mujeres hermosas-

-Lo que encontraras fascinante es el suelo si me vuelves hablar así –

-Estás hablando con la Arlesa de Amaranthine y Comandante de los Guardias Grises de Ferelden, un poco de respeto – le espeto Ethan.

-Lo siento mi señora – se disculpó Colbert.

-Creo que tienes información sobre la ubicación de unos engendros tenebrosos-

-Así es mi señora –

-Cuéntanos por favor –

-Estábamos cazando en las Colinas del Bosque nudoso, cuando Mikha se cayó en un agujero, cuando baje me di cuenta que era una entrada a los caminos de las profundidades. Lo estaba ayudando a levantarse cuando un grupo de engendros tenebrosos salieron de los túneles. Sé que sonara raro pero...pero parecían ocupados como si tuvieran que ir algún sitio. Ni se fijaran en nosotros –

-Eso es realmente extraño – dijo Ethan – engendros que no se fijan en dos presas fáciles, es la primera vez que lo oigo –

-Eso da miedo – se quejó Anders.

-Marque el abismó en un mapa, aquí tienes – me dijo Colbert.

-Si encontráis una pata de conejo, me la podríais devolver – dijo Mikha.

-Es su pata de conejo de la suerte – añadió Colbert.

-Si la encontramos os la mandaremos, gracias por la información – les dije a los dos cazadores.

Luego nos dirigimos a la entrada de la ciudad. Pero antes de que pudiéramos entrar una guardia.

-Perdonad mi señora – dijo la guarda – tengo una carta para vos. Se lo dije hay maneras más sencillas de hacer llegar una carta a la Comandante.

-Nadie sabía que lo estábamos buscando – me respondió Ethan.

-Bueno no podemos hacer nada para remediarlo- se quejó Nate.

Nos disponíamos a entrar en la ciudad cuando un guardia nos barro el paso.

-Lo siento pero tengo que registrar vuestras pertenencias en busca de artículos de contrabando – dijo él.

Mire a mis compañeros los cuales me dedicaron una sonrisa, ese guardia no sabía quién era yo. Pero decidí dar ejemplo.

-Si claro, no hay problema –

-Seré rápido – me respondió el.

-¿Qué haces? ¿Estas acusando a la Guarda Comandante de contrabando? – le dijo su superior al mando.

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