Capítulo 35: Fuerte Drakon.

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Me desperté semidesnuda en una celda, pero no reconocía el lugar ¿Dónde me habían llevado?

El dolor en la nuca todavía persistía, esa hija de perra me había dado bien.

-Mira quien se ha despertado – dijo uno de los guardias a sus compañeros.

-Tenemos ordenes de hacer lo que sea necesario para que hable – dijo otro.

Entraron en la celda seis hombres bien armados intente librarme de ellos pero eran demasiados y todavía estaba conmocionada por el golpe, me manosearon tanto como quisieron de camino a una tina de agua llena de hielo.

Me sumergieron varias veces hasta que empezaron con las preguntas.

-Dinos vuestros planes – me ordeno uno.

-Muere hijo de puta – le respondí antes de que volvieran meterme la cabeza en el agua helada.

-¿Dónde está la Reina? – me pregunto otro.

-Podrías mirar en las bragas de la gorda de tu madre –

No se cuánto rato estuvimos de esa manera, pero al final tenia los pulmones hechos un asco, me dolía la tráquea y tenía la cara quemada del agua helada.

Al cabo de unas horas volvieron pero esta vez por cada respuesta que no les daba me propinaban una paliza entr hombres.

-Podríamos jugar un rato con ella – sugirió uno.

-No Loghain la quiere viva e intacta, sabes que siempre ha tenido debilidad por las muchachas como ella – dijo uno – cuando termine la pantomima de la asamblea vendrá a por ella, pero de momento quiere que intentemos sonsacarle información, pero tal y como está ahora dudo que sepa ni su nombre.

Me volvieron a tirar a la celda y creo que perdí el conocimiento o me dormí no sé, solo sé que me desperté cuando unas manos cálidas tocaron mi cara.

-Shhh tranquila – me dijo una voz – vamos a sacarte de aquí tomate esto.

-¿Leliana? - pregunte.

-Si mia cara hemos venido a rescatarte – dijo Zev.

-No sabéis como me alegro de veros –

-Ahora bébete la poción –

La poción sanadora le sentó muy bien a mi cuerpo aunque necesitaría descansar y la ayuda de los poderes mágicos de Wynne para recuperarme, como mínimo podía andar.

-Hemos encontrado tus pertenencias – dijo Leliana.

Me puse mi armadura y empuñe mis armas.

-¿Habéis venido solos? – les pregunte.

-Si llegamos a la finca de Arl Eamon, pero este le aconsejo a Alistair que no fuera en tu búsqueda – me explico Leliana.

-Oh, ya entiendo – dije con tono sombrío.

-Ven mi bella haz lo que nosotros hagamos, nos esconderemos entre las sombras para poder salir de aquí –

-Pero yo no soy una picara no se hacer eso – les dije.

-Bueno siempre es un buen momento para aprender –

Imite cada uno de los movimientos de mis compañeros yaprovechamos que salía una patrulla para escabullirnos entre ellos y poder salir de la prisión.

Nos llevó varias horas llegar a la finca de Arl Eamon.

-Ven pequeña vamos a sanar esas heridas – me dijo Wynne que nos esperaba en la puerta.

Al pasar hacia los apostos vi que Morrigan tenía fuego en los ojos y la cara de alivio de mis compañeros excepto la de Alistair quien bajo la mirada cuando pase por su lado.

Estaba realmente herida yo hubiera ido a por el sin pensármelo por muy peleados que estuviéramos.

Wynne me sentó en la cama y empezó a conjugar, entones entro Rory y detrás del Alistair.

-Rory me alegro que estés bien –

-Todo gracias a ti mi señora fuisteis como una visión enviada por el propio Hacedor, hubiera acompañado a vuestros compañeros pero esta amable señora me lo prohibió porque mis heridas eran muy graves –

-Si Wynne tiene ese poder – le dije – pero Rory llámame por mi nombre hace muchos años que somos amigos.

-Si Freyja, ojala hubiera podido hacer más por ti y tu familia –

-No fue tu culpa – le dije – el culpable ya ha pagado por sus crímenes.

-¿Has matado a Howe? – me pregunto Alistair.

-¿Ahora te interesa lo que hago? – le respondí.

-¿Ser Gilmore podéis dejarnos? –

Rory me miro y yo le asentí con la cabeza, salió con Wynne de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

-¡Ni siquiera viniste a buscarme! – Le grite al cabo de unos minutos de silencio – Leliana y Zev te contaron lo que había pasado y no moviste ni un dedo.

-Arl Eamon considero que las cosas ya estaban bastante mal y que si acababa yo en prisión se complicarían aún más –

-¿¡Eso es lo que significo yo para ti!? – Volví a gritarle – ¿sabes lo que me han hecho en ese lugar? Claro que no...

-Freyja yo lo siento –

-No quiero tus disculpa vete –

-No pienso moverme de aquí, esta mañana querías acabar con nuestra relación y quiero saber por qué –

-¿Qué va ser de mi cuando Arl Eamon te convierta en Rey? Está claro que no entro en sus planes y tampoco en los tuyos –

-¡Yo no quiero ser Rey! – me grito.

-Yo tampoco quería que mis padres murieran, no quería convertirme en guardia gris y aquí estoy, no quiero que mi esperanza de vida sea solo de 30 años más, quería una familia alguien que estuviera a mi lado pero nadie en esta vida obtiene todo lo que quiere Alistair –

Entonces se acercó todavía más a mí, me envolvió en sus brazos y empezó a llorar.

-Lo siento, simplemente no sé qué hacer –

-Alistair debes hacer lo que tu conciencia y tu corazón te dicten –

-No me dejes Freyja – dijo entre sollozos.

-Shhh – le susurre mientras nos tumbamos en la cama todavía abrazados.

Nos dormimos abrazados el uno al otro pero yo no dejaba de recordar lo que había sentido en el Fuerte Drakon mientras me torturaban, una inmensa pena al pensar que iba a morir sin verlo una vez más...

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