Capítulo 69: Una noticia inesperada...Maric no está muerto (parte 3 )

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Y así es como llegamos a nuestro último desastre; un ataque frontal. El plan de Alistair fue brillante en su inconsciente simplicidad.

- Perdí de vista de Varric, ¿es el...? – dijo Alistair

-Estará en el interior, si ya no está aquí. ¿Podemos dejar de atraer a los guardias ahora?- se quejó Isabella.

-Podemos intentarlo, pero no deberías hacerte ilusiones- les dije yo.

Entones apareció el hombre el cual buscábamos y por el cual estábamos en esa maldita playa.

-¿Me buscabas? – Pregunto Titus – pues ya me has encontrado. En Tevinter tus ojos tenían miedo, tened miedo de nuevo –

Los Qunari se lanzaron hacia Titus sin pensarlo.

-Esperad – grito Alistair.

-Es lo que él quiere no lo hagáis-

Los Qunari desaparecieron ante nuestros ojos a causa de los hechizos lanzados por Titus. No teníamos muchas opciones o luchamos o nos retirábamos.

Pero entonces un haz de luz nos envolvió.

-¡Freyja! – grito Alistair.

Cuando volví abrir los ojos, estaba en un carruaje y al enfocar mi vista ahí estaba mi padre.

-Ya era hora cachorro – me dijo – creíamos que Alistair tendría que despertarte con un beso.

-Oh Bryce no digas esas cosas – se quejó mi madre

-¿Qué? no es nada malo, se casara pasado mañana con él, ¿porque no podría besarla? – le respondió mi padre – te acuerdas los besos que nos dábamos tu y yo antes de casarnos...

-Oh, padre – se quejó Oriana.

-Ei ¿qué pasa ahí dentro? – dijo Fergus des del caballo.

-Nada Fergus, papa y mama están rememorando cuando hacían manitas antes de casarse y nos están haciendo participes- le respondí yo.

-Entonces suerte que no estamos ahí dentro ¿Oren? –

-Verdad papi – le respondió mi sobrino con una risita – eh, papa mira ahí están los príncipes y el Rey.

Tal y como era tradición el Rey nos esperaba en la cabaña de caza de los Theirin, era menos formal que el palacio y el ambiente más distendido.

Ahí estaba el Rey Maric, el salvador, el mejor amigo de mi padre. También estaba el príncipe Cailan, heredero al trono y su mujer la altiva Anora. Entonces Maric puso la mano encima del hombro de Alistair y le sonrió.

El carruaje se detuvo a escasos metros de ellos, el primero en bajar fue mi padre.

-Bryce – dijo Maric abrazándolo – ¡ya era hora!

-Lo siento mi Rey, nuestra bella durmiente estaba traspuesta y hemos aminorada la marcha para que no llegara dormida.

-No pasa nada, Eleanor que bueno volverte a ver –

-Majestad – dijo mi madre inclinándose.

-Y aquí está la protagonista del momento – me dijo el Rey dándome la mano – bienvenida hija.

-Gracias su Majestad – le dije yo.

-No me llames Majestad, llámame padre o Maric, ahora somos familia- me respondió el mientras me daba un beso en la frente – ven Alistair, supongo que tienes ganas de estar un rato a solas con ella.

-Hola Freyja – me dijo Alistair con una sonrisa – ¿vamos a dar un paseo?

-Me encantaría –

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