Capítulo 82: Misión frenar la Llamada

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Las palabras de Avernus me dejaron un mal sabor de boca, sabía perfectamente que el Arquitecto seguía buscando Archidemonios desesperadamente para intentar cortar la conexión que tenían sus semejantes con ellos. La cual cosa afectaba a todos los Guardias Grises de Thedas y a mí especialmente, porque si Avernus tenía razón, y pocas veces lo había visto equivocarse, de levantarse otro Archidemonio me volvería loca en cuestión de días a causa de la Llamada. Tenía que poner fin a todo esto.

Las noches eran especialmente largas pensando en lo que debía hacer para proteger a mis hijos, mi marido y mi país. Los veía dormir en sus camas imaginando como podría ser mi futuro sin la lacra de la Llamada planeando sobre nosotros. Veía a mis pequeños crecer con una sana rivalidad, tal y como habíamos crecido Fergus y yo. Los veía enamorándose por primera vez, sus primeros corazones rotos, encontrar su amor verdadero como yo había encontrado el mío. Los veía casados y llenando nuestro palacio lleno de nietos. Veía a Alistair preparar a la futura Reina de Ferelden y yo preparando al Teyrn de Gwaren. YO quería ese futuro.

Desperté a Alistair en medio de la noche.

-Alistair, despierta cariño-

-¿Qué ocurre?- me respondió medio dormido – ¿Otra vez no puedes dormir? Podemos pedir una poción a Neira.

-No-

-Oh-

-Lo he decido Alistair, me marcho a buscar una cura para Llamada-

-Y lo has decidido sola...sin contar conmigo, ni pensar en nuestros hijos-

-Estoy pensando precisamente en ellos y en ti, en Ferelden y en Thedas. No te atrevas a tirarme en cara decisiones unilaterales, tú tomaste una por mí hace tiempo y esta es la consecuencia-

Alistair me puso mala cara sabía perfectamente de lo que le estaba hablando, el pacto que hizo con Morrigan.

-Lo hice para salvarte la vida-

-Yo rechace este pacto y tú tomaste la decisión por mí sin consultármelo-

-Lo volvería a hacer, si no lo hubiera hecho no hubieras estado a mi lado estos años-

-Lo sé y te agradezco todo lo que me has dado incluso las lágrimas, pero no es momento de ser egoísta Alistair-

Alistair miro hacia otro lado.

-Mírame – le dije tomándolo por el mentón – sabes lo que significa la Ruina, el Arquitecto sigue buscando a los Archidemonios, si los encuentra será nuestro fin y puede que el de nuestros hijos.

-Lo sé-

-Volveremos a estar todos juntos, te lo prometo, encontrare la cura y viviremos para ver a nuestros nietos y a nuestra hija subir al trono-

-Júrame que volverás-

-Te lo juro Alistair, nada me impedirá volver a tu lado y al lado nuestros hijos-

-¿Iras tu sola?-

-No, me llevare a unos cuantos guardias-

-¿A quién?-

-Nathaniel no me perdonaría si lo dejo al margen-

-Me parece bien el te cuidara tan bien como yo-

-Neira, Robb y Neith. Los demás se quedaran por si necesitas de ellos. Sigrun se quedara al mando mientras no estamos y responderá directamente ante ti de manera encubierta-

Alistair me atrajo hacia él y me beso, aquella noche hicimos el amor como cuando estábamos en el campamento durante nuestro viaje para acabar con la Ruina. Como si no hubiera mañana y para nosotros puede que no lo hubiera.

A la mañana siguiente envié cuervos a mis compañeros explicándoles lo que había pasado. En ellos les pedía que me acompañaran en este viaje, aunque dejando muy claro que podían negarse. Ninguno de ellos lo hizo.

Alistair me ayudo a preparar mi expedición para que así pudiéramos pasar más tiempo en familia.

Escribí cartas para mis hijos, para Alistair y para Fergus, solo les serian entregadas en caso de mi muerte y en lo referente a mis hijos cuando fueran mayores. En ellas les contaba lo afortunada que me sentía por haber compartido mi vida con ellos, pero que debía hacer eso no solo por mí sino también por ellos, pues eran ellos los que me impulsaban a vivir.

Al cabo de un mes, me despedí de mi familia.

-Nathaniel – le dijo Alistair todavía conmigo en los brazos – cuida de ella.

-Tienes mi palabra-

-Cachorro, vuelve con nosotros- me dijo Fergus.

-Volveré, Fergus por favor ayuda a Alistair con los niños. Son demasiado pequeños para entender mis motivos-

-No te preocupes, me trasladare a Denerim y solo viajare a Pináculo cuando sea necesario-

-Gracias, te quiero hermano-

-Y yo pequeña-

-Alistair, no sé qué decir no me salen las palabras. Te quiero-

-Y yo a ti, vuelve conmigo es una orden-

-Lo hare mi Rey-

-Robb, Neira, Neith buen viaje e id con cuidado. Volved con nosotros sois nuestra familia-

-Lo haremos majestad – respondieron ellos.

Montamos en nuestros caballos y nos dirigimos a la mina de argentita abandonada donde habíamos visto por última vez al Arquitecto puede que fuera un buen lugar para intentar indagar sobre su posible paradero y para intentar reproducir lo que le había pasado a Fiona hace años atrás

Esta es mi historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora