Esta es mi historia.

Capítulo 45: Hogar...que raro suena decirlo.

Al cabo de un par de semanas de habernos vuelto a instalar en Pináculo y empezar las tareas de reconstrucción Fergus llego a casa.

-Bienvenido seas hermano – le dije saludándole – oh y bienvenido seas Bann Teagan.

-Hola hermana – me respondió Fergus abrazándome.

-Lady Cousland es un placer volverlos a ver- dijo Teagan con una inclinación de cabeza.

-Venga dejémonos de ceremonias y pasemos dentro – dijo Fergus.

Sabía perfectamente que para el sería muy duro entrar en el castillo que había pertenecido a nuestra familia después de lo que habíamos vivido.

Deje que los hombres se acomodaran y me fui a hablar con Leiliana y Zev que estaban en los jardines. Su relación había florecido al igual que ellos pues la primavera había llegado a nuestras tierras y la vida volvía a brotar.

-¿Qué hace Bann Teagan aquí? – pregunto Zev.

-No tengo ni idea pero seguro que lo averiguaremos en breve – le respondí.

-Neith ha enviado una carta para ti –

Lethallan: el Rey nos ha cedido Amaranthine a los Guardias Grises. Y ha concedido el título de Arl al Comandante de los Guardias Grises en Ferelden. Ha llegado un pequeño contingente des de Orlais pero vendrán más desde otras partes de Thedas o eso me han dicho.

Wynne me está transcribiendo estas letras pues estoy aprendiendo a escribir en vuestro idioma pero todavía estoy torpe. Espero que alguna vez te reúnas con nosotros te debo mi vida y lo mínimo seria invitarte a que me visitaras o quizá pueda ir yo a verte.

Me despido de ti no sin antes decirte que Wynne te envía saludos y que el Rey parece muy triste des de que te fuiste.

Mahariel

-Dice que Alistair parece triste – les dije a Leiliana y Zev – también ha concedido Amaranthine a los Guardias Grises eso es tan bien.

-Al menos ha cumplido una de sus promesas – dijo Zev ácidamente.

Cuando el sol se puso nos reunimos en el comedor familiar donde mi familia y yo nos habíamos reunido para cenar.

-Buenas noches Lady Cousland – dijo Bann Teagan.

-Buenas noches – le respondí – si sois tan amables de sentaros empezaremos a cenar.

Nos sentamos en la mesa que habíamos compartido con mis padres con la esperanza de llenarla de buenos recuerdos, durante la cena Bann Teagan nos contó que tal había ido la coronación, pero al ver la reacción de mi hermano supe perfectamente que algo no iba bien.

-Lady Cousland ha sido una cena maravillosa siempre me ha encantado la cocina de vuestra región – dijo Bann Teagan.

-Gracias Teagan eres demasiado amable –

-¿Sería posible dar una vuelta con vos por los jardines? – me pregunto.

Fergus asintió con la cabeza, no es que tuviera que perderle permiso era más un formalismo acogido des de que tengo uso de razón.

El aire del jardín era fresco y con regusto a mar tenía cierta curiosidad por saber el motivo de dicha reunión.

-¿Qué ocurre? – pregunte al fin ante tanto silencio incómodo.

-¿Puedo preguntar por qué os fuisteis de palacio con tanta prisa y antes de la coronación? –

-No creo que sea de vuestro interés mi señor, pero podemos decir que el Rey y yo tuvimos un gran desacuerdo –

-Siento haberos ofendió Lady Cousland – se disculpó – pero por lo que puedo ver mi hermano ha conseguido lo que se había propuesto des de que se despertó de su enfermedad.

-Si así es – me lamente – y por desgracia no hay nada que yo pueda hacer, no poseo ningún poder de convicción ni tampoco poder político como el que tenía antes de vencer al Archidemonio.

-Pero vos sois la Heroína de Ferelden, sin vos Alistair no tendría trono ni país el cual gobernar –

-Hay factores más allá de todo eso, que por mi juramento hacia los Guardas no puedo revelaros-

-Puede que haya una solución para que volváis a la corte y evitar que el país caiga en desastre –

-¿Qué queréis decir? –

-Casaos conmigo –

-¿¡Que!? – pregunte sorprendida.

-¿Tan raro seria?- pregunto ofendido- todavía soy joven y aunque tengo varias proposiciones de matrimonio hacia mi persona ninguna de ellas merece tanta atención como vos. Des de que os conocí en Risco Rojo habéis llenado mis sueños, sois valiente, inteligente, leal tenéis mil una cualidades que harían feliz a cualquier hombre.

-Creedme eso no es así –

-Entendería que os vierais a escondidas con Alistair, pero si llegarais a quererme la mitad del amor que sentís por el sería un hombre muy afortunado.

-Lo siento Teagan me horna mucho tu oferta y creedme cualquier mujer estaría dispuesta a aceptar, pero tengo que decir que no, tal vez en otra vida en otras circunstancias – le dije – además nunca sería la amante de Alistair....

Me dirigí directamente al ala de los aposentos donde Fergus esperaba en mi habitación.

-¿Y bien? – me pregunto tan punto cerré la puerta.

-¿Tu sabias algo de esto? –

-No pero no ha hecho falta, ese hombre está enamorado de ti se le nota en la mirada –

-Fergus como has podido permitírselo-

-No se creía que te haría bien saber que tienes opciones –

-Por el Hacedor acabo de rechazarlo- dije exasperada.

-Seguramente no ha sido una buena idea que las cosas salieran así, lo siento – se disculpó abrazándome – padre lo hubiera hecho mejor.

-Fergus yo no quiero que seas papa – le dije entre lágrimas – quiero que seas tú, mi hermano, no quiero que me busques marido....estoy rota por dentro Fergus al igual que tu...

-Si en eso nos parecemos – su abrazado se estrechó más y me beso la coronilla – lo siento cachorro, supongo que cuando te miro todavía veo a la chiquilla con trenzas y arañazos en las piernas que me perseguía por todos los lados. Voy a hablar con el Teagan es un hombre razonable, le pediré disculpas.

Fergus salió de la habitación y yo me dirigí al balcón donde tantas horas había pasado en mi niñez pensando en las aventuras que se podían correr fuera de los muros del castillo; pero mis aventuras habían sido muy distintas y al mirar al interior un pensamiento cruzo mi mente ¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida? ¿Cómo seguir adelante cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?