Muy lejos de las luces de la ciudad, existe un bosque maldito... En él, grandes tragedias han sucedido.
Todo aquel que ha entrado , jamás a salido.
Pero tú eres diferente, tú querido mío has vuelto de entre los enormes árboles y has regresado para c...
Un blanco estridente, la conciencia pérdida... Un amarillo que lleva de nombre las sirenas y alarmas que se escuchan a su alrededor.... El mundo se salpica de rojo, el olor a sangre llega a su nariz, la asfixia , el sentimiento de derrota y luego, el universo se apaga, todo se torna oscuro.
Después, son las voces.
- ¡Antuan!
Gritos, llanto, desesperación... Alguien lo llama....
¡Antuan! ¡Antuan!
Y luego, el dolor. Es tan agudo que no se permite sentir nada más.
Las memorias son afiladas como cristales, pensar en ellas duele.Pero hay que recordarlas, debemos hacerlo para saber de dónde venimos.
¿A qué le tienes miedo Antuan?
Ya has caído una vez, te has levantado, puedes caer dos veces.
¡Antuan!
Se escucha algo caer, es la lluvia, el olor a tierra mojada.
Y un niño de 11 años está perdido en el bosque.
¡Lo encontramos! ¡lo encontramos!
Es la voz de un oficial ... Estoy aquí ... pero el chico no se puede levantar ... Estoy aquí... Su cuerpo no le responde, sólo se permite sentir como es jalado hacia arriba por un par de brazos y sogas.
¡Tranquilo, te encontramos! Es la voz de un hombre, se le parece conocida pero no la ubica ¿Dónde la había escuchado antes?
¡Antuan! Es su madre, esta vez esa voz la reconocería donde sea.
Tranquila señora
Todo se siente pesado, todo se siente como si fuera un sueño.
¿Qué sucedió? Su madre llora desconsolada, al fondo aún se escuchan las sirenas... ¿Qué sucedió?
¡Tranquilo, te encontramos!
Trata de abrir los ojos, le cuesta mover los párpados . El cielo y la lluvia es lo primero que ve, su vista parece neblina, no enfoca bien el cielo, solo ve caer las gotas mojando sus pestañas.
Tranquilo Antuan, ya has caído una vez.
¿De quién es esa voz?
Ya caíste una vez, puedes caer dos veces.
Y entonces gira la vista del oscuro firmamento, su rostro ha caído de lado. Por un momento el mundo se tambalea y un pinchazo en su nuca le deja sin aliento.
Puedes caer dos veces
Antuan, el chico de apenas once años parpadea en dirección a esa voz.
Y lo ve. Junto al inmenso bosque, oculto entre los árboles hay una sombra. Es un chico, mucho mayor que él, tan alto y delgado que parece un espantapájaros.
Antuan lo reconoce y un escalofrío recorre su columna dorsal.
¡Esta entrado en paro!
Primero son los colores, los oscuros ojos de un fantasma.
¡Rápido! ¡Rápido!
Luego, son las voces. Un terrible grito surge de su garganta. El miedo inunda su boca.
¡Antuan, no, no por favor! ¡Es mi hijo!
Y luego, en medio de un campo en ruinas, el dolor.
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