Capítulo 19. La dama de blanco
4 años atrás
En realidad él sabía que era una mala idea aquello, aún teniendo once años el niño de ojos verdes supo que aquello estaba mal. Era en la forma en el que ella había susurrado su nombre y le había pedido lo imposible. Había sido el sentimiento de desolación que transmitía el lugar, a penas a unos metros y ese suelo de tierra olía a pasto mojado y sangre, era en la manera en la que su piel se tornaba chinita de frío y miedo. El bosque era un lugar tenebroso, un lugar que ni los valientes se atrevían a atravesar de día y mucho menos de noche.
Era un lugar que debía ser prohibido para niños. Antuan lo había oído la noche anterior de los labios rosas pálidos de su madre "Deberían quemar ese bosque" Le había susurrado a Ethan durante la sobremesa de la cena " Nadie debería volver a ese horrible lugar" . Debió hacerle caso a su madre, eso lo supo bien cuando se paró delante de la entrada de ese horrible lugar, Antuan tragó saliva y dirigió la vista al frente donde un millar de árboles enormes le acaparaban la vista, el viento gélido de la madrugada le rozó las mejillas, Antuan tembló en su sitio. Era un sitio enorme, a penas si había estado caminando unos minutos y ya se sentía perdido.
- Hazlo por mí- había dicho ella en el cementerio.- Hazlo por mí, Antuan.
Y Antuan había accedido. Ahora caminaba entre los senderos y ramas sueltas. El niño volvió a mirar de nuevo a su espalda, ahí estaba de nuevo, el sonido de los pasos de alguien siguiéndole el paso. Podía escuchar el martilleo de su corazón estremecido, tambaleante de la duda y del temor de encontrarse solo. La grava debajo de sus botas pequeñas hacían eco por el ruido de sus pisadas confundiendolo aún más. De nuevo detuvo su marcha, había jurado haber visto a alguien observándolo desde el árbol de su izquierda. Trato de tranquilizarse, respiró hondo y apretó y soltó los puños, era en vano, estaba temblando y el indeseable hecho de que se iba aponer a llorar se le estampó en el pensamiento.
Las ramas de los árboles de nuevo le jugaron chueco, era como ver gente sobra entre todos los árboles. ¿Y si se había perdido? Ella había dicho que era sólo hasta el pantano... ¿Dónde exactamente quedaba ese lugar?
Se sintió un estúpido, debía haberlo preguntado.
¿Se había perdido?
Con el presentimiento de acecho y de que no debería estar ahí dio media vuelta y comenzó a caminar de nuevo por donde sus pasos habían caminado la ultima hora. Llevaba la lampará al frente tratando de que su luz iluminará lo más extenso del camino que tenía delante. Estaba cansado, había sido una mala idea ir ahí solo. ¿Qué estaba pensando? ahí habían muerto niños y él era solamente eso, un crió. ¿En qué estaba pensado?
El cielo se pintó de un azul marino pálido, Antuan miró a su dirección. Era tranquilizador, estaba amaneciendo... ¿Estaba amaneciendo? El niño frunció el ceño confundido. Sólo había caminado veinte minutos ¿No? ¿Cómo era posible que el cielo comenzará a despejarse? Él no había podido caminar tanto tiempo ¿O sí?
Alterado por ese repentino descubrimiento comenzó a caminar más de prisa, su corazón se aceleró de golpe ¿Qué estaba pasando? ¿Había estado dando vueltas en círculos? ¿Dónde estaba? ¿En dónde había quedado la salida?
Algo estaba mal, era como si el lugar se volviera más pequeño y aquello era imposible siendo el bosque enorme y aún así parecía cerrarse a su alrededor, todo estaba dando vueltas. Y entonces se echó a correr en mitad de los árboles con la linterna serpenteando entre los troncos y la tierra, se detuvo sólo un instante para jalar de nuevo aire y levantó la cabeza.
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El Secreto de Antuan ©
ParanormalMuy lejos de las luces de la ciudad, existe un bosque maldito... En él, grandes tragedias han sucedido. Todo aquel que ha entrado , jamás a salido. Pero tú eres diferente, tú querido mío has vuelto de entre los enormes árboles y has regresado para c...