27. La oscuridad

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Capítulo 27. La Oscuridad

Oscar Castillo despertó debido al intenso frió que sentía. A penas trato de levantarse un dolor punzante le recorrió toda la espina dorsal obligándolo a caer de nuevo al tumulto de hojas secas en el que se encontraba tendido.

- Mierda- jadeó cuando volvió a intentar levantarse más sin embargo lo único que pudo hacer fue rodar sobre su costado derecho, que lo dejó casi por completo sin aire. - Joder...

- Si yo fuera tú- habló una voz detrás suyo- no me movería tanto, el dolor no va a parar en ninguna postura.

Oscar levantó la cabeza para encontrarse con su acompañante, detrás de él Pablo Alcántara lo miró desde su altura.

- ¿Oficial?- dijo con incredulidad, pero luego un alivió le recorrió el alma, si la policía estaba ahí entonces todo estaría bien- ¡Gracias a Dios! ¿Qué sucedió? no recuerdo nada, ¿Cuándo llegaron, encontraron a Maggie? Mis amigos, ellos...

Pero Pablo lo ignoró por completo, rodeando al muchacho para que este se pudiera sentar contra el respaldo de un árbol. Oscar hizo una mueca de dolor, el joven oficial tenía razón, el dolor no disminuía.

Entonces cuando por fin tuvo un mejor panorama de dónde se encontraba supo que algo andaba mal, frente suyo se extendía un enorme pantano y el bosque completo. Oscar que estaba cianótico por las bajas temperaturas de aquel lugar dirigió la mirada a Pablo y entonces se percató de algo. El oficial no iba con uniforme y por la apariencia que llevaba le decía que no había estado con nadie más en mucho tiempo. En cuanto cayó en ese pensamiento un escalofrío le recorrió el cuerpo entero.

- ¿Dónde están los demás?- preguntó tartamudo, los labios se le habían puesto azules y el temblor en ellos lo dejó casi sin aliento.

- Ya llegarán- le contestó el oficial, Oscar guardó silencio evaluando los pasos que daba aquel joven demacrado. Pablo había caminado al otro lado, buscando entre maletas un montón de cosas que el chico pelirrojo no pudo mirar bien. - Ella dijo que la esperáramos aquí.

-¿Quién?- Oscar volvió a temblar en su sitio, esta vez no supo si era por el frío o por el temor que le producía ese presentimiento y angustia de mal rollo. Pablo no le contestó, en cambió sacó de la maleta más cosas y las formó a la orilla del pantano. Esta vez Oscar pudo observar de que se trataba, una cuerda, una pistola, bolsas negras, fósforos y una linterna. -Ten...tengo mucho frío.

Pablo lo miró de reojo mientras continuaba sacando cosas. -Es normal-le dijo-estás muriendo.

Augusto Robles estaba de pie, mirando el inmenso bosque delante de él

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Augusto Robles estaba de pie, mirando el inmenso bosque delante de él. Le dolía el pecho fuertemente, al principio pensó que era miedo pero luego, le costó respirar. Llevaba buscando a su hija ya dos días. Lee había estado junto a él desde entonces, los dos habían tomado la camioneta de Antuan para atravesar el lugar, se habían preparado con lo necesario, fósforos, linternas, baterías de repuesto, ropa adecuada y tienda de campañas.

El Secreto de Antuan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora