12. La sombra tras la torrencial lluvia

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Capítulo 12. La sombra tras la torrencial lluvia

La lluvia duró toda la noche aquella vez e inclusive después de que la negrura del cielo comenzó a disiparse la lluvia continuó. Emma no pudo conciliar el sueño aquella ocasión se la había pasado profundamente atrapada entre sus pensamientos y los ojos verdes de Antuan.

Si aquello era un sueño, quería despertar a toda costa, ¿En qué momento su vida se había vuelto tan complicada? Emma era una niña de familia acomodada en la ciudad, sus padres eran veterinarios  y tenían una cadena de cuidado animal en las zonas residenciales, ellos se habían ubicado precisamente ahí por todos aquellos cuidadores que criaban a sus perros- o cualquier otra mascota- como sus hijos. Emma adoraba con todas sus ganas del mundo el trabajo de sus padres, ¿Quién no amaría convivir con mascotas adorables? No comprendía en que momento todos sus sueños y alegrías se habían transformado en recuerdos, en fotografías de blanco y negro cubiertas de polvo.

¿Cuándo su vida se había transformado en secretos e historias que la gente contaba en las fogatas para no dormir?

Cuando Emma no pudo soportar más sus pensamientos agobiantes se levantó de un salto.

Bajó de puntitas las escaleras y atravesó la cocina tan sigilosamente como pudo y abrió la puerta del patio trasero con cuidado. El cielo estaba tan gris que supo de inmediato que aquel día llovería como nunca, pero nada de eso le importó realmente lo único que quería era respirar hondo aquel frío viento de mañana, que le llenará de aire los pulmones, que le despejará, que le dejará en claro de nuevo sus prioridades.

Emma quería volver a sentirse libre.

Pero aquello era imposible, era absolutamente imposible. La suciedad, la culpa y la vergüenza le llenaban el pecho de una especie de líquido negro que la ahogaba desde adentro y no le dejaba ningún intento de volver a retener el aliento.

Delante de ella los establos vacíos de su abuela gritaban el secreto que nadie había resulto y del que todos ahora parecían haberse olvidado. La jaula enorme de reja negra donde antes había cinco cuervos estaba tan vacía como de costumbre, tenía un embrollo en su cabeza, aún no entendía nada de lo que estaba ocurriendo sin embargo cuando levantó la mirada a la ventana del segundo piso entendió mejor o al menos comenzó a entender.

De pie, mirándola desde el cristal estaba Antuan Moulian.

Emma sintió como un escalofrió le recorrió la espina dorsal de un golpe. Y entonces también entendió que era lo que ese muchacho rodeado de misterio le provocaba.

Miedo.

Pablo estaba leyendo el periódico cuando Isaac entró a su habitación, era lunes en la mañana y la primera plana tenía su nombre y su fotografía

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Pablo estaba leyendo el periódico cuando Isaac entró a su habitación, era lunes en la mañana y la primera plana tenía su nombre y su fotografía. No le gustaba, le recordaba a su hermana.

-No deberías ver eso- le dijo el detective mientras vaciaba una bolsa de plástico con comida en la mesa  del cuarto del oficial. Pablo lo miró de reojo y volvió a concentrarse en el papel.

El Secreto de Antuan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora