Capítulo 34. Mientras las hojas, continúan cayendo.
Y así las semanas pasaron lentamente, noviembre paso como una sombra en las vidas de aquel pueblo perdido entre los árboles y una niebla tan densa cubrió los campos de calabaza de los Moulian.
Emma regresó a casa de los abuelos, su padre como su abuelo se turnaban los días para cuidar a Maggie en el hospital regional del norte (que estaba cerca de hora y media de la población) ella estaba mejor pero había adquirido una neumonía inhospitalaria que preferían vigilar de cerca los doctores. Emma no había visto a su abuela, había hablado con ella por el celular pero ninguna de las dos había podido hablar por mucho tiempo pues lo tenía prohibido.
Pablo en cambio la visitaba todos lo días en su casa, su padre confiaba en él ciegamente y esque el joven oficial del bosque había sido quién la cuidaba mientras ellos no estaban. Les estaba haciendo un favor a los ojos de los Robles pero la verdad era que Pablo lo hacía con gusto. De alguna manera sentía que le debía la vida a Emma, quizá era debido al accidente o porque se sentía seguro a su lado, después de todo, ninguno de los dos podía hablar de lo sucedido con nadie más que ellos.
Emma había visto la televisión y el noticiero en el que cubrieron la noticia del bosque, también había visto las imágenes del velorio de Oscar. Emm le había dicho a Pablo que deberían de haber ido pero Pablo le aseguro que aquello era una mala idea ya que nadie ahí los quería ver. Emma se había sentido fatal porque si bien Oscar nunca le había caído, se sentía abatida mentalmente de saber que había desaparecido sobre todo por Antuan porque al fin y al cabo este era su mejor amigo...
Antuan.
Él ni siquiera la había ido a ver a la clínica. Emma lo había esperando la semana en la que estuvo ahí internada, había esperado verlo por ahí a preguntar si ella estaba bien por qué... ¿Eso no era lo que hacían los novios? Pero después comprendió que no eran tan cercanos porque el chico de ojos verdes nunca se apareció.
Pablo había notado la decepción en el rostro de la chica pero la había tratado de persuadir de que no era el momento para que Antuan fuera a visitarla, después de todo estaba cargando una demanda por parte de los Castillos y estaba siendo acosado por los medios para que hablara, además estaba de luto, Oscar estaba muerto.
Muerto.
Emma cerró los ojos con pesar, estaba cansada de esa palabra. Estaba tan cansada de vivir entre tragedias, estaba cansada de estar en ese pueblo.
Fue una tarde, cerca de las cinco de la tarde cuando la puerta de los Robles se abrió con fuerza. Pablo y Emma estaban jugando póquer sobre su cama cuando escucharon el alboroto en la puerta principal. Pablo le había pedido a Emm que se quedará en su habitación y como todo buen oficial bajó con sigilo las escaleras para averiguar que era todo ese ajetreo.
Ahí en el porche, gritando con enojo el nombre de Augusto Robles estaba una mujer alta, de tez blanca y cabello castaño muy bien vestida, mirando aquella casa con disgusto. Aquella mujer elegante alzó la mirada y entonces Pablo no necesito que le dijeran quién era aquella mujer, ella era igual a Emma.
-¿Quién eres tú?- le preguntó con voz altiva, Pablo le sorprendió realmente el gesto que hizo al elevar su nariz pues de perfil esa mujer era una copia perfecta de su amiga. - ¿Dónde esta Augusto?- repitió furiosa y esta comenzó a subir a zancadas las escaleras- Si cree que puede esconderse como un niñato, está muy equivocado...
-¿Mamá?- detrás de él la voz de Emma lo hizo volver del pánico que le provocó aquella mujer. Los ojos de la madre de Emma se abrieron ampliamente e ignorando por completo al muchacho lo dejó atrás y corrió escaleras dónde Emma se encontraba.
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El Secreto de Antuan ©
ParanormalMuy lejos de las luces de la ciudad, existe un bosque maldito... En él, grandes tragedias han sucedido. Todo aquel que ha entrado , jamás a salido. Pero tú eres diferente, tú querido mío has vuelto de entre los enormes árboles y has regresado para c...