14. Los pálidos recuerdos

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Capítulo 14. Los pálidos recuerdos


Oscar Castillo estaba preparándose el desayuno cuando escuchó la televisión y a su madre hablar velozmente. Su padre estaba a su derecha con la vista bien atenta a la pantalla.

<< El caso de las múltiples desapariciones parece volver atrás y cerrarse tan repentinamente como hace cinco años>>

Hablaba la reportera desde el aparato, Oscar miró mejor. La chica estaba delante de la comisaría , donde al menos otros cinco periodistas trataban de enfocar el establecimiento.

<< El menor de edad que al parecer encontró al oficial perdido se encuentra en este momento resguardo por los oficiales y el abogado de la familia del mencionado ha declarado que la Familia Moulian no dará declaraciones o una rueda de prensa. Al parecer planean que todo esto se resuelva en manos de la justicia. Por lo tanto, el joven de quince años ha quedado en libertad hasta nuevas noticias del condado>>

- Es increíble- comentó su madre chasqueando la lengua- ¿Qué demonios les pasa a la policía? ¡¿Dejar ir a ese chico?! ¿Qué más pruebas necesitan para entender que el culpable fue él...

-No lo sé querida- Su padre que vestía su bata de dormir, le dio un sorbo a su café oscuro. Oscar hizo una mueca de asco, su padre tomaba el café frío y sin nada de azúcar.- , pero ¿No se te hace extraño que un niño de quince años haya podido derribar tan fácil a Alcántara? Quiero decir ¡Es sólo un niño! Y no él mas fuerte de todos, si me lo preguntan- pero nadie le preguntó nada, su madre dio un respingo con su nariz. Con ese gesto las pecas de su rostro se juntaban hasta formar una mancha oscura en su puente de la nariz, Oscar se pregunto si cuando él hacía lo mismo se veía igual.

Su madre giró la cabeza y vio a su hijo de pie, observándola con detenimiento- ¿Qué haces ahí de pie?- le preguntó con molestia, Oscar bajo la mirada- ¿No deberías irte ya a la escuela?

No, dijo en su mente, hoy es domingo. Pero en cambio se dio media vuelta y se metió de nuevo a la cocina. El tazón de su cereal descansaba sobre la mesa pequeña que tenían para comer ahí, ellos no usaban mucho el comedor. Excepto su madre, ella siempre usaba su lugar en la mesa mientras Cecilia, la chica que ayudaba a su limpieza, le servía la comida.

Oscar no lo recordaba ¿Cuándo su familia se había vuelto tan distante? Cuando el chico volvía al pasado recordaba a su familia unida, llena de responsabilidades y trabajo pero aún así eran buenos entre ellos. Oscar recordaba a un padre cariñoso no esa estatua a la sombra de su madre, Oscar la recordaba a ella como alguien en quien confiar, alguien que lo amaba no esa mujer que era más una desconocida que una familia.

Sin duda sentía que ya no tenía familia alguna. Esa casa llena de lujos, esa casa tan vacía no podía ser llamada hogar, la soledad que albergaba su vida no había sido su elección. Amigos de la escuela, buenos maestros y la atención de sus compañeros no eran lo mismo que familia. Por que si bien nadie de ellos sabía la verdad, la sensación de perder la cabeza por que no tienes idea de que demonios estaba sucediendo. Sólo había una persona que lo entendía y no estaba con él.

Decidido, subió las escaleras  y tomando sus llaves del automóvil que le habían obsequiado a los dieciséis se marchó al pueblo. Lo encontraría, tenía que hacerlo.

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El Secreto de Antuan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora