Un paso más

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Siento haber estado desaparecido estas semanas, el trabajo no me ha dejado mucho tiempo para mí, y no he estado muy inspirada.

Espero que os guste este pequeño capitulo.

¡No me odiéis! 

*-*

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Cuando llegamos a su casa todo estaba listo, la mesa preparada, una botella de vino, velas que encendió nada más llegar. Me dejó esperándolo sentada en la mesa mientras él iba por la cena a la cocina, pescado al horno con verduras. Se notaba que había hablado con mi prima para estar seguro de que me gustara la cena.

Sentados uno frente al otro, no dejábamos de hablar, de bromear, de coquetear.

- Esto está buenísimo, Eric.

- ¿Acerté? – preguntó sonriéndome.

- Claro que has acertado, seguro que has tenido ayuda..

- He sacado información de cierta persona.

- Me ha encantado – dije cogiéndole de la mano.

- A mí me encantas tu – dijo besándome la mano, acto seguido se levantó para retirar los platos.

- Espera que te ayudo

- No, tu quieta ahí – dijo besándome la frente, mientras yo sonreía como una tonta.

Volvió de la cocina con un plato con algunos dulces de chocolate.

- Espero que te guste el chocolate, porque aquí te traigo un surtido de ellos.

- Los amo – dije emocionada.

- Que suerte tengo contigo, te gusta todo. Y la noche aun no acaba..

- ¿Debo tener miedo?

- Para nada nena, vamos al salón estaremos más cómodos.


Nos sentamos uno al lado del otro, seguimos hablando mientras comíamos el postre, Eric se lo terminó antes que yo, yo saboreaba todos los dulces, cuando los terminé me sentí un poco avergonzada, Eric no paraba de mirarme los labios.

- ¿Qué pasa? – pregunté mirándolo. No me contesto, cogió mis manos y me sentó sobre sus piernas, sin dejar de mirarme la boca – Me estas poniendo nerviosa..

- Tienes un poco de chocolate en tus labios – dijo acercando sus labios a los míos- ¿Puedo quitarlo?

No me salió la voz, solo asentí y sentí sus labios sobre los míos, pequeños toques, hasta que paso su lengua despacio por la comisura de mis labios, me estremecí entera, él sonrió al notarlo, acto seguido me besó con ganas. No sé en que momento sucedió, pero yo estaba tumbada bajo él en el sofá, él sin camiseta y yo con la mía subida hasta debajo de mis pechos, me acariciaba muy despacio, besando mi cuello y mi mandíbula. Sus manos por mis costados hasta que llegó a mis pechos bajo la camiseta, apretándolos un poco, gemí bajito al notar sus manos, como me gustaban sus manos. Camisetas fuera, pantalones fuera, solo en ropa interior, Eric me acariciaba los muslos, yo abrí las piernas para que se acomodara sobre mí, suspiramos ambos cuando comenzó a frotarse contra mí, se sentía tan bien, quería más, mucho más.

- Te deseo tanto, nena – susurró en mi oído, antes de morderme el lóbulo de la oreja

- Llévame a tu cama – susurré en el suyo.

Eric me cogió en brazos, sin dejar de besarnos hasta que me dejó sobre su cama. Yo tumbada en ella, y él mirándome desde arriba.

- No quiero obligarte a nada, si lo único que hacemos es besarnos, estoy bien con eso. Solo te quería aquí conmigo, en mi cama – dijo acariciando mis rodillas colocándose él de rodillas en la cama entre mis piernas.

- No me estas obligando a nada, lo deseo tanto como tú- dije cogiendo sus manos y acercándolo a mí – Bésame, por favor – susurré en sus labios.

No tardó ni un segundo, se lanzó a mis labios y comenzó a besarme como unos minutos antes, el sujetador desapareció y a continuación mis bragas, sin dejar de acariciarnos el uno al otro. Una de sus manos bajó hacia mi entrepierna, y ahí comenzó la noche especial que me prometió.

Dimos un paso más a nuestra relación....

Sueños alcanzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora