Tenía miedo de lo que me iba a contar, para que él pensara que lo odiaría, miles de ideas me cruzaban la mente, era un chico malo por llamarlo de alguna forma, pero no creía que hubiera hecho algo que me llevaría a odiarlo.
- Todo empezó cuando tenía 14 años, Eloy y yo comenzamos a juntarnos con gente que no tenía muy buena reputación por aquí, se metían en peleas, robaban, drogas..al principio solo era un juego para nosotros pero yo me fui metiendo cada vez más en ese mundillo, siempre suele haber un líder en ese grupo de gente, y yo quería ser como él, tener todo lo que él tenía, el chico era mucho mayor que nosotros, 18 o 19 años no me acuerdo bien, tenía una novia de su misma edad, me obsesioné con ella, en lo único que podía pensar era en conseguirla, y hasta que no lo hice no paré..- no me miró en ningún momento mientras me contaba todo aquello, y yo no sabía como iba a acabar – fue la primera chica con la que estuve, estar con una chica mayor y como ella era, pensaba que era lo mejor que me podía pasar, hasta que su novio se enteró, y me dio la paliza de mi vida, estuve dos semanas ingresado en el hospital, mis padres me prohibieron volver con esa gente, y ahí fue cuando empecé a rebelarme, a salir aún más, me quería ganar el respeto de todos, y vengarme por así decirlo de los que me dieron esa paliza.
- ¿Y qué pasó?
- Que lo conseguí, me metí en su terreno con 16 años, y fui el líder de todos ellos, y con ello todos los problemas que trae serlo, comencé a tomar drogas, y no me conformaba solo con marihuana, drogas fuertes, mucho alcohol y mucho sexo.
- ¿Y Eloy?
- No sabía que hacer, él no quería estar dentro de eso, y no lo estuvo, estuvimos casi dos años sin hablarnos, hasta que me metí en un gran problema, debía mucho dinero y todo lo que conseguía era con chanchullos, robando a otros tíos y vendiendo droga. Mis padres no sabían que hacer conmigo y lo dejaron por imposible, tuve la sensación de que esperaban que acabara en la cárcel o muerto, y seguro que hubiera acabado así si Pedro y Eloy no se hubieran metido, con su ayuda salí de todo eso, pagó mis deudas y me metió en un centro de rehabilitación, desde ese día no he vuelto a probar las drogas e intento no beber alcohol, solo volví a probarlo cuando paso lo que paso entre nosotros.
- ¿Y tus padres?
- Por eso tengo la relación que tengo con mis padres, cuando salí del centro, me dejaron volver a casa y me pagaron la carrera, con la condición de que me haría análisis todos los meses, para tenerme controlado, y hasta el día de hoy eso sigue igual.
Seguía sin mirarme, necesitaba ver sus ojos y que mirara los míos, esto no haría que mis sentimientos por él cambiaran, era un crío que cometió un error, por eso le cogí la cara e hice que me mirara.
- Fue un error, no tienes que seguir culpándote por esto, todos cometemos errores, eras un crío Rubén, y lo que hicieron tus padres..ahora entiendo la relación que tienes con ellos, es normal que estés herido, no estuvieron ahí para ti cuando más los necesitabas, y que el padre de tu mejor amigo si estuviera significó mucho para ti.
- ¿No me odias?
- No puedo odiarte por eso – le di un beso para que notara que todo seguía igual.
- Hay otra cosa más, cuando empecé la carrera, estuve con una chica, me enamoré como un tonto de ella, todo giraba alrededor de ella, creía que sería para siempre, pero cuando llevábamos casi dos años empezó a comportarse de manera rara, no sabía lo que le ocurría, le preguntaba y siempre ponía excusas, hasta que descubrí que me estaba engañando con otro, que llevaba meses engañándome, por esto mismo nunca he vuelto a tener una relación seria, no la quería, hasta que llegaste tú.
- ¿Yo te hice cambiar de idea? – le pregunté sonriéndole.
- Contigo me he vuelto a plantear lo que quiero de la vida, y no pienso desaprovechar esta oportunidad que me has dado.
- ¿Qué quiere decir eso?
- Que voy a ser el hombre de tu vida, te lo voy a dar todo, y te voy a ayudar a cumplir todos tus sueños.
No pude aguantarlo más y lo besé, como si se me fuera la vida en ello, él me apretó contra su cuerpo, rodeándome con sus brazos, estar en sus brazos era la mejor sensación que alguna vez he podido sentir.
No tardamos en ir a mi habitación, no queríamos que mi prima llegara y nos viera, aunque a ella la daría igual vernos en una situación comprometida, pero después nos haría algún tipo de broma, a Rubén le daba igual porque le hacía gracia y le seguía el rollo con la broma pero a mí no me daba igual.
Me dejó sobre la cama, nos desnudamos despacio, acariciando y besando cada parte de piel que dejábamos sin ropa, sentí mariposas en el estómago, cada vez que hacíamos el amor notaba esas mariposas, algo que nunca me había pasado con nadie, no es que tuviera mucha experiencia, pero con él siempre me sentía así, me hacía feliz, era la necesidad de estar juntos, de sentirnos el uno con el otro, de amarnos.
- Voy a hacerte el amor mi amor, demostrarte todo lo que siento por ti – me susurró mirándome a los ojos.
Rubén tenía sus momentos, era romántico pero también tenía su vena pervertida, y me hablaba sucio casi siempre que teníamos relaciones y cuando no las teníamos también, y eso me encantaba, me ponía muchísimo que me las dijera.
Gemí al notarlo dentro de mí, moviéndose lo más despacio que podía, era el momento de demostrar nuestros sentimientos, y yo quería demostrarle que todo seguía igual, que lo que me había contado solo había hecho que lo quisiera aún más, aunque nunca le había confesado que lo quería.
No paramos de besarnos, de tocarnos mientras nos movíamos al mismo ritmo, me dejaba llevar por él, al ritmo que imponía, era increíble el efecto que tenía en mí, en como conseguía que llegara al orgasmo, con sus caricias, sus besos, sus movimientos y con sus palabras, faltaba poco para que llegara, y no haría falta mucho más tiempo para ello, segundos después estaba consiguiendo uno de los mejores orgasmos que me ha dado, porque sentí que me quería y que no dudaba en demostrármelo.
- Mi amor..-gimió en mi oído.
Noté como se corría dentro de mí, como temblaba entre mis brazos y como paraba poco a poco dejando besos por mi cara y mi cuello.
Se dejó caer sobre mí, apoyando su cabeza sobre mi pecho mientras yo le acariciaba el pelo, no se cuánto tiempo estuvimos así, quietos, con él aun dentro de mí, sin separarnos.
- Chloe..
- Dime – levantó la cabeza y me miro a los ojos.
- Te quiero.
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Sueños alcanzados
RomanceChloe es una chica que nunca había salido de su ciudad, pero un trabajo en Barcelona la sacará de su ciudad. Barcelona hará sacar un lado que ella no conocía de si misma. Dos chicos y una chica, añadiendo la bella cuidad de Barcelona. ¿Será el dest...