Podemos empezar ahora mismo

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Cuando llegué a casa del gimnasio, Eva, Rafa y Eric estaban en el salón charlando animadamente.

- Nena, ven aquí, te he echado de menos – me dijo Eric abriendo sus brazos hacía mí.

- Hola..- dije abrazándolo. Miré a Eva que me miraba muy seria.

- ¿Cómo fue el día?

- Bien, no ha estado muy revoltoso el pequeño, hemos comprado las entradas para el parque y lo he dejado todo organizado para mañana.

- Es verdad, que mañana ibas al parque con el niño.

- Si, al final no voy sola con él, su hermano viene también, así podemos vigilarlo entre los dos. – cuando dije esto vi a Eva poner mala cara, pero no le hice caso.

- Mejor cuatro manos que solo dos con un niño pequeño – dijo Rafa distraído.

- Si, mejor, así estarás muy bien acompañada primita – solo le sonreí.

Preparamos unas pizzas rápidas y cenamos los cuatro en el salón, hablando de todo, de nuestro día, de los ensayos, de la sesión de fotos que Eva estaba haciendo a una familia, sus primeros clientes sin tener al jefe delante, de las empresas a las que había enviado los curriculum, de todo un poco. Después de cenar me dí una ducha rápida, al entrar a mi cuarto para vestirme, Eric me esperaba tumbado en la cama.

- ¿Qué haces? – le pregunté sonriéndole.

- Tu prima y Rafa ya están en la habitación dándole al tema. – dijo poniendo los ojos en blanco.

- Son conejos – dije riéndome.

- Tu y yo podemos ser conejos también – dijo levantándose de la cama y acercándose a mí.

- ¿Ah sí? – pregunté acariciando sus brazos.

- Si, podemos empezar ahora mismo – lo dijo mientras me quitaba la toalla y la tiraba al suelo.

Eric se arrodilló en el suelo mientras me acariciaba los muslos y me separaba las piernas, me besó la barriga, las caderas, muslos, muy lentamente hasta que besó mi monte de venus, hasta que noté su lengua entre mis piernas, no me dio tregua y notaba mis piernas temblar, él lo notó y agarrándome del culo no paraba de besarme, de chuparme, de soplar sobre mi clítoris, hasta que no pude más y alcancé el climax.

La noche no terminó ahí, hicimos el amor en el suelo, sobre el escritorio y para terminar en la cama, ahí caímos rendidos, y abrazados nos quedamos dormidos.

No pensé ni una sola vez en lo que Rubén me habíapropuesto, ¿por qué cuando estaba con uno me olvidaba del otro y viceversa? 


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Pequeño capítulo *-*

Sueños alcanzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora