¿Un error?

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La luz que entraba por la ventana hacía que los ojos me llorasen, pero, cuando los cerraba, la habitación me daba vueltas. ¡Dios! ¿Tan borracha me puse?

Sin mover la cabeza, miré la habitación, me resultaba familiar. ¡Esta no era mi cama! Al bajar la mirada, vi que mi cuerpo desnudo estaba enredado en unas sábanas que no conocía. ¡Joder, estaba desnuda!

Intenté recordar lo ocurrido anoche. Miré hacia el otro lado de la cama, y ahí estaba Rubén, completamente desnudo, y nada lo tapaba. Dios que bueno estaba. Y de pronto todo vino a mí.

Ese increíble primer beso, intenso y lleno de pasión. Su mano en mi nuca, atrayéndome hacia él. Otra mano apoyada en mi cintura. Rubén subiéndome sobre él a horcajadas, mis manos enredadas en su pelo, el sabor del tequila en su lengua..

Nauseas vinieron a mí, busqué mi ropa por su cuarto, y ahí estaban mis bragas en el suelo, mi camiseta en una de las lámparas de su cómoda.. ¿y mis pantalones? Mierda. Me vestí lo más rápido que pude y me dirigí al baño de su cuarto, pude llegar al váter y vomité todo lo que tenía en el estómago, no bebí tanto para estar ahora asi...

Cuando apoyé la cabeza en la pared los recuerdos vinieron de nuevo a mi mente, la mano de Rubén deslizándose por mi cuello, seguida por sus labios, mi cabeza inclinándose hacia atrás, con los ojos cerrados, jadeando, susurrando su nombre. Quitándole la camisa, su increíble pecho, marcando sus músculos, su respiración acelerándose mientras mis dedos tocaban su pecho. Sus brazos cogiéndome en volandas y llevándome escaleras arriba...

Otra nausea vino y con ella más recuerdos... Rubén apoyándome contra la pared del pasillo, moviendo sus caderas contra mí, haciéndome notar el gran bulto de su pantalón, yo chupándole el lóbulo de su oreja, mordiéndoselo después, sus besos, sus manos acariciándome todo el cuerpo. Él quitándome el pantalón y tirándolo sobre su hombro.. ahora sé dónde está mi pantalón.

Más recuerdos vinieron, los dos en su habitación, desnudándonos el uno al otro sin dejar de besarnos, de mordernos, desnudos en la cama sin dejar de tocarnos, sus dedos en mi clítoris, penetrándome con ellos, para después saborearme con su lengua, el orgasmo que me llegó al notar su lengua sobre mí, y yo gritando su nombre.

Dios, había gritado como una loca, me entró miedo por si habíamos despertado a Álvaro. Me mire al espejo, tenía los labios hinchados y me brillaban los ojos, tenía la piel reluciente, al mirarme los pechos me di cuenta que tenía varios chupetones en el.

Siguieron llegando los recuerdos, yo sobre él, lamiéndole entero, el gemido que soltó cuando le lamí la punta de su.. Dios se la había chupado, nunca en mi vida se la había chupado a ningún chico, ni a Eric ni a nadie. Las imágenes seguían viniendo Rubén tumbándome boca arriba y penetrándome rápida y suavemente, yo suspirando por el placer que sentía, nuestras caderas moviéndose, los placenteros sonidos que ambos emitíamos. El largo tiempo que dedicamos a cada caricia, a cada beso, cada movimiento, su respiración sobre mi cuello. Yo agarrándole la cabeza y acercando sus labios a los míos cuando estábamos a punto de alcanzar el clímax. Gritando nuestros nombres cuando nos corrimos juntos. Sintiendo la calidez de su semen dentro de mí. Jadeando junto con él mientras los latidos de nuestros corazones se normalizaban. Mirándonos a los ojos. Perdiendo el conocimiento en sus brazos...

Desperté de mi ensueño al notar unas manos en mi cintura y besos en el cuello, lo miré a través del espejo, Rubén, detrás de mí sonriendo mientras me besaba. Le cogí de las manos parándolo, cuando él me miro a través del espejo, hablé, y por su cara no creo que eso era lo que esperaba que dijese.

- No utilizamos condón – dije seria.

- Joder, muñeca, no me di ni cuenta anoche, lo siento mucho.

- Tenemos que ir a por la pastilla del día después, no quiero embarazos.

- Vale..- dijo mirándome- ¿estás bien?

- ¿Cómo quieres que este? – le pregunte mirándole.

- Tranquila, me visto voy por la pastilla y te la traigo, tu quédate con Álvaro, no tardo – dijo antes de cogerme la cara con sus dos manos y besarme dulcemente.

En cuanto escuché la puerta de la entrada cerrada, me eché a llorar. La acababa de cagar pero bien.

Media hora después, ambos estábamos en la cocina, preparando el desayuno para Álvaro, que estaba sentado en la mesa de la cocina viendo la tele. Después de desayunar, el pequeño se fue a su cuarto a jugar y nosotros seguimos sentados en la cocina, ambos mirando la pastilla que estaba en la mesa.

- Este no es el único problema, un embarazo es lo de menos, yo estoy limpia pero ¿y tú? – pregunté mirándole.

- Lo estoy, siempre uso condón, contigo es la primera vez que no lo uso – dijo cogiéndome la mano- y se sintió jodidamente increíble.

- ¿Te acuerdas de todo? – le pregunté antes de tragarme la pastilla.

- De cada detalle. ¿Y tú?

- De todo, estoy confusa Rubén, no sé qué pensar, ni que decir.. ¿y si esto ha sido un error?

- ¿Un error? – preguntó con el ceño fruncido.

- Si, no estamos juntos, yo estoy con Eric aunque estemos así.. Y tú no quieres una relación.

- Si, pero...

Y ese momento fue interrumpido por mi móvil, una llamada y cuando vi quien era mi boca se secó, Rubén puso mala cara al ver quien era. Y yo hice lo que llevaba deseando desde hace 5 días.

- ¿Si? – contesté al teléfono.

Sueños alcanzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora