Capítulo 2

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Flash-Back

Hacía mucho frío. Solo podía sentir lo congelado que estaba entre la nieve. Casi no sentía los dedos ni los pies. ¿Cómo había llegado a aquel lugar? Miré hacia los lados. Estaba en un parque, había columpios a mi izquierda. Yo me encontraba tendido sobre la hierba helada y era de noche.

Hice un gran esfuerzo y fui capaz de sentarme. Un ruido que provenía de detrás provocó que me sobresaltara.

Un hombre regordete, vestido con ropa de abrigo ―al contrario que yo que llevaba una simple camisa y unos vaqueros―, me estudió de arriba a abajo antes de preguntar:

―Chico, ¿estás bien?

―No ―respondí automáticamente.

―¿Has bebido?

―No.

―¿Seguro? Mira que no está bien mentirle a un policía.

Me enseñó su placa.

―No he bebido.

Me miró detenidamente, evaluando mi estado, supuse.

―Pero si estás temblando... anda, te ayudaré a levantarte.

Me tendió una mano y yo, por inercia, se la agarré. Entonces tiró de mí y me puse de pie.

―Ten, chico, toma mi abrigo ―dijo él quitándose el suyo de policía―. No debería hacer esto, pero haré una excepción.

Me lo puso sobre los hombros e inmediatamente comencé a entrar un poco en calor.

―Gracias.

―¿Eres menor de edad? ―me preguntó.

¿Lo era?

―No lo sé ―murmuré alarmado.

¿Cómo no podía recordar eso?

―¿Cómo puedes no saberlo? ¿Sabes cómo te llamas?

Negué con la cabeza.

El hombre parecía no saber qué hacer. A decir verdad, yo tampoco.

Acompáñame. Será mejor que te lleve al hospital.

Él comenzó a andar y le seguí, desorientado y sumamente confundido. Antes de montarme en el coche, bajo las luces de las farolas, algo que me permitió ver con más exactitud lo que me rodeaba, se quedó mirándome pensativo.

―Oye. Creo que tu cara me suena de algo. Hace dos años desapareció un niño de unos quince años. Mis compañeros y yo le buscamos por todas partes, su caso salió en la prensa, pero no dimos con él nunca. Su nombre es Elián. ¿Te suena de algo?

―No, en absoluto ―contesté, preguntándome qué tendría que ver yo con ese pobre chaval.

―Te pareces mucho. Pareces tener la misma edad que tendría él actualmente. ¿Es posible que seas Elián? ¿Recuerdas algo del sitio del que vienes, de tu familia o de cualquier otra cosa?

Intenté buscar información en mi memoria, pero no había nada. Estaba totalmente en blanco. No tenía recuerdos de mis familiares, de cómo había llegado a aquel lugar, ni siquiera de mí mismo. Me sentía abrumado y estaba empezando a angustiarme.

―No lo sé. Estoy en blanco ―dije―. ¿Por qué no puedo recordar?

Móntate en el coche, está abierto. Voy a dar aviso a mis compañeros.

El pasado de EliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora