Eres hermosa para mí

VIII

Cuando por fin termino de cantar, todos aplauden y piden más canciones, pero lo único que hago es encaminarme a la orilla de la tarima y esperar a que Alan me ayude a bajar.

-¡Estuviste genial!, ¿ves?, no es tan malo experimentar cosas nuevas.

Camino aturdida hasta nuestra mesa y bebo un poco del ponche de mi vaso.

-¡Hora de nombrar al rey y la reina del baile! -no prestamos atención y seguimos bebiendo y comiendo frituras.

-¿Es enserio? -vemos al escenario y vemos a todas las chicas emocionadas por la corona de plástico que están por dar.

-¡La ganadora es... Alyssa Montgomery! -todo el equipo de porristas grita cuando su líder sube las escaleras al escenario.

-Gracias -grita la chica, vaya que tiene pulmones para hacerse escuchar por sobre la música.

-¡Vaya que la competencia para el rey, fue reñida!, ¡el ganador, por un voto, es Joe Joauven!

Todo mundo aplaude, trato de no observar al escenario, con todas mis fuerzas, evito tener contacto visual con el estrado.

-Muchas gracias -se oye su voz por el alta voz.

-¿Vas a voltear a verlo, o tronar tu cuello por la fuerza que estás haciendo?

La pregunta de Alan me saca del trance en el que estoy, entonces me decido por voltear a verlo.

Una camisa blanca y unos pantalones negros es lo único que alcanzo a ver, su cabello esta peinado como acostumbra y una mueca de desagrado es la que dibuja su rostro cuando le ponen la corona de plástico.

-¡Que suban los acompañantes! -grita el anfitrión.

El acompañante de Alyssa sube, no me sorprende que sea Kevin, ambos jefes de equipos. Por otro lado, la acompañante de Joe sube, una chica que podría jurar mide dos metros aunque tenga zapatillas.

Joe la abraza para pegarla a su costado y con una mirada fugaz sus ojos con aire de superioridad y los míos se encuentran.

-Bésame -volteo a ver a Alan.

-¿De nuevo tus juegos?, ¿quieres que me golpeen?

-¡Solo hazlo! -pido.

-Bien -sus labios se estampan contra los míos y me acerco lo más que puedo a él, tomo mi abrigo y me levanto aún sin despegar nuestros labios.

-Vámonos -Alan suspira y toma mi mano, para que sea yo quien guíe nuestro camino.

Un grito por parte del público se escucha, pero en lo único que me concentro es en no caerme y en salir lo más rápido que puedo.

-Es muy temprano para irnos -murmura Alan sofocado.

-Solo necesito un poco de aire.

-Aquí fuera está helando -Alan toma mi abrigo y me lo pone sobre los hombros.

El eco de la música resuena en dónde estamos, el aliento que sale de nuestras bocas es blanco por completo.

-Te gusta -veo hacia la luna y sonrío.

-¿No se nota? -ambos reímos y continuamos viendo la noche extrañamente estrellada.

-Le gustas -afirma.

-Claro, por eso está tan feliz con esa hermosa chica, no le gusto.

-Deja de ser tan pesimista...

-Soy realista.

-Deja de pensar de esa manera, no se trata de tu cuerpo, estoy casi seguro de que a ese tipo no le importa el físico. Es lo que más temes, pero siento que él ve más allá del exterior.