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**Vi Lexington**


"Siento al ceñir tu cintura

una duda me mata,

que quisiera en un abrazo

todo tu cuerpo y tu alma."

"El querer.", Manuel Machado.


Una semana después.

Me paseo por las gradas del campo de fútbol supuestamente tenía que encontrar aquí a Joe, pero aún no llega, me siento en una de las bancas, observando como el pasto de la cancha brilla debido a la poca nieve y la luz solar.

—Pero mira a quién tenemos aquí —una voz desconocida me habla.

Levanto la vista, y me encuentro con Kendall, la mejor amiga de Alyssa, y supuesta ex novia de Joe.

—Hola, Kendall —intento sonar amable.

—Esperas a Joe, supongo —afirma.

—Supones bien —respondo con media sonrisa.

—Mira, no quiero sonar cotilla, pero... creo que deberías intentar alejarte de él lo antes posible...

Bien, sé a dónde lleva esta conversación.

—¿Por qué lo dices? —pretendo sonar preocupada.

—¿Recuerdas la fiesta del viernes pasado? —asiento—, después de que te fuiste, Joe bebió mucho, me encontró en la cocina e intento convencerme de acostarme con él.

Me congelo en mi lugar, me cuesta creerlo, pero el modo en el que lo dice, suena como una completa verdad.

—Me dijo que entre ustedes, habían pasado muchas cosas, pero no a tal grado de acostarse, me propuso que en lo que tú te decidías, él y yo podíamos pasarla bien.

Mi cabeza da mil vueltas por hora a toda la información que recibe.

—Yo le dije que no haría eso, porque parecías buena chica, hubiera sido muy sencillo para mí hacerlo, pero siento que no lo mereces, es por eso que vengo a hablar contigo.

—¿Qué más te dijo? —murmuro.

—Empezó a contarme que se había peleado por ti, y que tú huiste como una cobarde, esas fueron sus palabras —trago el nudo de mi garganta.

—¿Qué más? —pregunto.

—Dijo que él ponía unas y dientes en su relación, y lo único que hacías era dejarlo, me dijo que estaba cansado, pero que no iba a parar hasta conseguir lo que quisiera —responde con vergüenza.

—¿Lo que quisiera?

—Acostarse contigo, Vi —se sienta a mi lado y rodea mis hombros con uno de sus brazos.

—No lo entiendo —una lagrima se desliza por mi mejilla.

Era obvio que decía la verdad, en ningún momento la había visto aparecerse en la fiesta, o tal vez no lo noté, pero, ¿cómo era que sabía todo esto que me decía? Claramente Joe se lo había dicho.

—Gracias por decirme, Kendall...

Me levanto de mi lugar y con cuidado salgo del campo cabizbaja.

Eres hermosa para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora