XV

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**Joe Jouven**


"Porque te quiero como si fuera sordo, o ciego o enfermo de una inmensa torpeza milenaria y sé tan sólo que en este pecho te cruzas como el aire..."

"Tú", Jomi García Ascot.


Mi madre no ha dejado de insistir en que vayamos a comprar un árbol de navidad, le he ofrecido más de diez veces que vaya por uno falso, pero siente la imperiosa necesidad de tener algo real y bonito en casa, entonces cumplo su deseo.

Entramos al pequeño establecimiento y veo que se pierde entre el gran número de árboles que adornan el lugar, es un lugar tranquilo, se respira tranquilidad y una exquisita sensación de frescura.

Unas pequeñas manos cubren mis ojos y las sostengo con delicadeza al notar que son unas suaves manos femeninas.

Me doy media vuelta para ver de quien se trata y me tranquilizo al ver los ya conocidos ojos azules de Vi.

-¿Qué haces aquí? —entrelazo mis dedos con los suyos.

Ella observa el lugar con burla y regresa su vista hacia mí.

-Oye, no sé, tal vez comprando ropa —ríe.

-Alguien está teniendo un buen día, ¿eh? —asiente.

-Mi investigación va espectacular, aunque no he dejado de pensar en tu partido de hoy, siento mucho que haya sido por mi culpa.

-No lo fue, ¿cómo te has sentido con respecto a eso?, ¿tus padres saben? —niega veloz con la cabeza.

-No han sido días muy tranquilos que digamos, pero todo está bien —sonríe.

-¡Cariño, creo que lo he encontrado! —la voz de mi madre sale de entre los árboles y camina veloz hacia mí.

Observa a Vi, estudiando su rostro y su cuerpo, por lo visto, está sorprendida por su apariencia, pues es alguien completamente opuesta a las antiguas chicas con las que he estado.

-Mamá, ella es Vi, mi novia.

-Hola, Vi, soy Sandra, es un placer —besa su mejilla.

-Mucho gusto —dice apenada.

Por lo visto, mi madre aún no digiere para nada a Vi, pues sigue observándola sorprendida y a la vez contenta.

-¿Cómo se conocieron? —pregunta.

-De una manera no muy agraciada en la cafetería —recuerdo con media sonrisa y Vi me corresponde.

-Es muy bueno conocerte, por lo regular Joe nunca me presenta a sus...

-Mamá —la interrumpo.

-Lo siento, cariño. Cambiando de tema, creo que he encontrado el árbol perfecto, es grande y esponjoso, está lleno de vida y...

-Vi, hija —una voz masculina nos hace darnos media vuelta para ver de quien se trata.

-¿Qué pasa, papá? —le responde al hombre de baja altura y con una prominente barba.

Una mujer se une a su lado y caminan hacia nosotros tres con sonrisas dibujadas en sus rostros, claramente, son la viva imagen de un matrimonio feliz.

-Quiero presentarles a la madre de Joe —estrechan sus manos cordiales y entablan una conversación respecto a los árboles y las épocas invernales.

Eres hermosa para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora