**Alan Matthews**
"Tú me llamaste y me enseñaste duras lecciones,
con amor, con amor."
"With love", Christina Grimmie.
Su rostro cada vez se veía peor, y aún, estando recostada en ese lugar, era la mujer más hermosa de todo el mundo, mis hermanos rodeaban la cama donde yacía, aún no podía creer que fuese posible, que tantas maquinas, estuviesen conectadas a su cuerpo.
Los doctores, nos habían dicho que era la hora de decir adiós, hora de despedirnos, de nuestra propia madre.
Sostenía su mano fría desde hace horas, y aunque aún respiraba, estaba más fuera de sí que nunca, su mirada estaba perdida, y justo en este momento, me había arrepentido de todas las veces que no le dije "te quiero", de las veces que le reproché que papá nos dejara, aunque hubiese sido por otra mujer.
-Mami —sorbo por la nariz—, sé que nunca fui el hijo que deseaste, y sé que ahora no vale la pena que te diga todo lo que siempre quise decirte.
-Bebé—aunque su mirada estaba casi perdida, lo único que me quedaba, era que aún podía escucharme.
-Te amo, te amo muchísimo, y me arrepiento de nunca haberte demostrado mi amor como hubiese querido, yo aún creía que nos quedaba mucho tiempo juntos, pero ahora veo que no. Y hoy, te agradezco por haber sacrificado tanto por tus tres hijos, por haber doblado turno para que no nos faltase nada, por evitar comprarte ropa a ti misma por comprárnosla a nosotros, porque aunque siempre llegabas cansada y lo único que deseabas era no escuchar a nadie y dormir, esa era la mayor prueba de amor que has hecho por nosotros.
>Gracias por sacrificar tanto, porque ahora que estás cayendo, me doy cuenta de que aunque yo también cometí errores, lo hacía, porque te amaba, y no me excuso —sonrío—, pero de no ser por esos errores, nunca me hubieses enseñado lecciones tan buenas. Te voy a extrañar, mami, voy a extrañar esos domingos al despertar y oler el tocino que cocinabas, y lo horrible que cantabas, hubiese querido pasar más tiempo contigo, te hubiese abrazado más, en vez de pasar horas en el teléfono que contigo, ojalá te hubiese comprado más ramos de rosas de los que te compré, pero quiero que sepas, que te amo, y no importa que estés por irte de este mundo, yo estoy seguro de que tú seguirás cantando desde el cielo, y cocinando ese delicioso tocino, pero no para nosotros, esta vez para los ángeles, y tengo celos, porque vas a estar con ellos y no conmigo.
>Siempre serás la mejor, para mí, el mejor calmante de pesadillas, la mejor cantante de canciones de cuna, la mejor cocinera, consejera, trabajadora, amorosa, la mejor mujer y padre que yo hubiese pedido, te amo, mamá, te amo más que a mi vida, quisiera poder hacer lo posible por sanarte, pero no puedo.
>Y aunque no quisiera que te fueras, es hora de que descanses, descanses todas esas horas de trabajo, en los que pasaste la mayor parte de tu vida, descanses de esta terrible enfermedad, pero no olvides, que pronto te alcanzaré allá arriba, estaré contigo, todos nosotros, Emma, Brad y yo, estaremos juntos de nuevo, así que no descanses mucho de nosotros.
El llanto se acumula en mi garganta, y dejo salir un quejido, recargando mi frente contra la camilla, las máquinas, sonaban estrepitosamente, este era el terrible momento del que nos había informado el doctor, estaba aferrado a la mujer que me había dado la vida, al cuerpo que estaba muriendo.
Mis hermanos mayores, lloraban hincados a los pies de la cama, no podíamos hacer otra cosa, más que esto, no podría describirlo peor, era como si un pedazo de mi alma, fuese arrebatado, era un terrible dolor que presionaba mi pecho con una extrema fuerza.
Era como si me fuese a desmayar, pero no, estaba más que despierto, me sentí débil, películas de las últimas horas, pasaban a velocidad de rayo por mi cabeza.
Era increíble que la vida de una persona, culminara de esta manera, no importaba lo maravillosa que hubiese sido su vida, siempre se resumía a un momento como este, un momento duro, frío, la muerte no perdona, ni a la mejor alma, pero yo estaba seguro, de que ella estaba más que viva, con Dios.
Y aunque ella nunca aceptó quién era, siempre me amó, intento ser un lazo de amor, que me hiciese conocer de Él, y aún cuando yo no creía, me sentía feliz de que ella sí, que estuviese siempre cantando sus canciones, y dispuesta a vivir su vida con Él.
Por eso estaba seguro de que estaba mejor que nunca.
El sonido que antes irrumpía estruendoso, ahora, era fijo, un sonido plano, ella ya no respiraba, no sentía la poca calidez de su mano, sus ojos estaban perdidos al final de la habitación.
Y aunque la situación, era pésima, mi madre, tenía una pequeña sonrisa dibujada en el rostro.
-Te vamos a extrañar, bonita —dijo Emma.
-Siempre vas a estar en nuestras mentes, y en el recuerdo de nuestros hijos, te amamos —completó Brad.
Me levanté del duro suelo, y presioné el botón para que llegaran los doctores o enfermeras, pensé que llegarían corriendo, pero llegaron casi con pena y despacio.
-Tenemos que llevárnosla —dijeron al unísono.
Todos asentimos, desconectaron cada cable, manguera y aparato unido a su cuerpo, y empujando la camilla, se llevaban el cuerpo sin vida de la persona que más amaba.
Mientras esperábamos no sé qué en la sala de espera, a lo lejos, vi a mi mejor amiga corriendo hacia mí, su rostro estaba rojo y empapado en lagrimas, no pensé, solo corrí hacia ella y la atrapé en mis brazos, solo escuchaba que decía miles de "lo siento", mientras lloraba sobre mi hombro.
-Lo siento mucho, Alan —se separó de mí.
No tengo voz para decir nada, Vi, lo nota, entonces vuelve a abrazarme.
-Está en un mejor lugar, te lo prometo —asiento.
-Alan, lo siento mucho, viejo. No tuve el placer de conocerla, pero estoy seguro de que fue una mujer maravillosa —me dice Joe.
No vuelvo a decir nada, mis hermanos me dicen que todo está listo para que la trasladen al lugar donde será el funeral y demás, ni siquiera puedo imaginar el terrible episodio que estoy por volver a pasar.
A pesar de todos los discursos dictados a su nombre, de todo el apoyo que recibía de su parte, me sentía fuera de mí mismo.
No podía creer que el cuerpo de mi madre, estuviese metido en esa caja de madera, esa caja que estaba por entrar a las profundidades de la tierra, esto era todo, la caja descendía, y con ella, un pedazo de mí, la familia lloraba, unos más, intentaban arrojarse a la fosa, pero yo estaba entre la multitud, esperando a que todo pasase, cuando a lo lejos lo vi.
Estaba a un lado de la mujer que había odiado más en toda mi vida.
Mi padre observaba el cuerpo de mi madre descender, aún con el descaro de sostener la mano de su amante, ahora esposa.
Intenté correr hacia él, golpearlo, hacer algo, pero unos brazos me sostuvieron, todos sabían lo que planeaba hacer, así, que me retuvieron, hasta que él se acercó e intentó abrazar a mis hermanos, pero ambos se negaron.
Se acercó a mí, y por fin pude desprenderme de quienes me tomaban por los brazos para enfrentarlo...
¡HOY ES UN BUEN DÍA, PARA DECIRLE A SU FAMILIA QUE LA AMAN!
ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO<3
B.
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Eres hermosa para mí
Romance"Vi", es una chica, que no tiene claro que es lo que quiere en la vida, su físico no es el más atractivo para el sexo opuesto, ha pasado toda su vida tratando de ser la invisible, la persona más desapercibida que haya habido en la tierra, y lo logra...