Eres hermosa para mí

XXI

**Joe Jouven**

"Estoy enfermo de ti,

De curar no hay esperanza,

Que, en la sed de este amor loco,

Tú eres mi sed y mi agua."

"El querer.", Manuel Machado.

Como esperaba, cuelga al instante en el que escupo mis palabras, trago el nudo de mi garganta y me maldigo por ser tan idiota, por no haber dicho algo mejor

Enciendo el motor, y doy un último vistazo a su casa, tenía que dejar de estar esperando a que en algún momento saliera, tenía que irme.

Avancé lo que parecieron tres metros, cuando divisé por medio del retrovisor, su pequeña figura corriendo por la acera para seguir a mi auto, pero eso ya no era necesario, porque había frenado.

Salí corriendo, ignorando el tráfico que se acumulaba detrás de mi vehículo, corrí hacia ella, no tenía ni un suéter, sus ojos estaban preciosamente llorosos y a la luz de las farolas, era una de las imágenes más hermosas a mi vista.

Me acerqué a ella hasta estar a casi dos pasos de distancia, intenté descifrar lo que su rostro me quería decir, pero no lo logré, nunca lo lograba, temblaba de frío, sin pensarlo, me quité mi chaqueta y se la tendí.

Pequeños copos de nieve caían como si quisieran adornar la escena.

Sus finos dedos, rozaron los míos al tomar la chaqueta.

-Gracias —murmuró, se la puso y caminó hacia mí, para acortar la distancia.

No me atrevía a tocarla, no después de todo lo que tuve que quebrar frente a ella, quería que ella lo hiciera, que me demostrara que aún con toda mi mierda, había alguien que aún me quería.

-No sé qué decirte —muestra media sonrisa y baja el rostro.

"Di que me tomas de regreso, que me quieres como yo no dejo de hacerlo, que aunque mi cabeza sea una idiota, mi corazón lo es más, y así es como me aceptarás, aunque no te merezca." —digo en mi cabeza.

-L-Lo lamento, ¿vale?—por fin digo.

-Yo, fui muy...

-No importa si te disculpas, cualquier cosa que digas, yo la he perdonado. Fui un imbécil, y sé que no debí golpearlo, también sé que debí escucharte, pero soy un idiota, también lamento haber roto el florero de tu madre, golpear la pared como un imbécil. Sé que me comporté como todo lo que odias en una persona, pero te quiero, Vi, te quiero tanto que me asusta que alguien más lo haga... Que me dejes al conocer cada parte de mí, porque estás conociéndome, pero cada vez te asustas más, y entiendo si no quieres verme más, si vienes a gritarme que deje de rondar tu casa y llamarte como un loco, pero quiero que me perdones.

Baja el rostro y puedo ver el llanto que adorna sus preciosas mejillas, quiero cerrar la distancia que nos separa y abrazarla, pero estoy seguro de que si me aparta, tendré que retenerla para besarla, y aunque ansío sus labios, esta vez, quiero que sea ella quien me bese.

-Joe, no entiendo lo que pasa a tu alrededor, ni lo que pasa en tu casa, pero quiero que confíes en mí. No quiero ser como los demás en tu vida, quiero que tengas el valor para decirme que pasa, que no dejes que esto se vuelva a ir a la mierda por tu temor, si de verdad me quieres, entrégate a mí, entrégame cada fragmento roto de ti, y yo haré lo posible por unirte de nuevo.