XL

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**Vi Lexington**


"Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor...
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos...

Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana...
por siempre...
todavía."


"Por siempre", Mario Benedetti.


El aire del exterior me golpea con fuerza y puedo sentir en este instante a Adam seguirme a paso veloz.

—¿Qué fue todo eso, Vi? —pregunta consternado.

—No lo sé...

—Dime la verdad... ¿Te trata así a menudo?

—¿Así cómo? —busco su mirada.

—Ya sabes... Te jala, es celoso, te grita...

Me quedo callada por unos instantes y no respondo, solo me doy media vuelta para irme.

—Puedes tener la confianza del mundo en mí... —toma mi mano, haciendo que esta misma se estire.

Vuelvo a darme media vuelta y noto su mano tomando la mía con delicadeza.

—¿Por qué haces esto? —pregunto más para mí que para él.

—Porque... Eres mi amiga... —suspira.

—Creo que voy a irme a casa, ¿quieres acompañarme antes por unos papeles al laboratorio? —asiente.

—Claro.


Después de lo que parecen segundos, llegamos a mi casa y lo invito a pasar, pero retrocede.

—¿Estás segura?, no quiero que tengas problemas con tus padres.

—Claro que lo estoy, de todos modos mis padres no están, sino, hasta en la noche.

—Bien —duda al entrar, pero continúa.

Escucha pocas cosas que le cuento, sobre las veces que he discutido con Joe, cuantas veces nos hemos intentado separar, los momentos más hermosos y me escucha, está tan atento, tan callado, que su presencia me hace sentir en extremo cómoda.

—¿Qué piensas? —digo.

—Pienso que están locos el uno por el otro... Pero eso no lo es todo Vi, porque tiene que respetarte, tiene que hacer todo porque seas feliz, mereces a alguien mejor, alguien que no te haga dudar nunca...

—En este momento, lo único que quiero, es despejarme de todo esto, enfocarme en mi investigación, en la escuela, y a esperar los resultados del SAT...

—Es hora de que me vaya, Vi...

—Te acompaño a la puerta —me levanto de mi asiento y o guío.

—Por cierto...

—Dime —respondo.

—¿Vas a hacer algo el viernes? —pienso en el día y respondo.

—Creo que no, ¿por qué?

—Me gustaría invitarte a cenar, si eso está bien para ti...

Me parece una idea maravillosa, entonces contesto.

Eres hermosa para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora