XXIV

6.4K 506 13
                                        


**Vi Lexington**


"Fue creciendo en mi corazón como una mala hierba,

de allí no podía yo arrancármela."

"Mala hierba.", Atanas Dalchev.


Me hago a un lado para que pasen, pero antes les ofrezco que suban para poder cuidar de sus heridas, ellos aceptan y sin hacer ningún ruido, subimos.

-Estamos bien, cariño, no te preocupes —dice su madre.

Intento no llorar al entrar por el botiquín al baño, la manera en la que sus rostros están lastimados, solo me hace poner a su padre, como el peor ser humano que nunca he conocido.

-Vi —Joe susurra detrás de mí y cierra la puerta del baño.

-Necesito unos minutos, ¿vale?

-Bonita, estamos bien, ahora estamos bien...

Me acercó a él y observo su rostro lastimado con pesar, inconscientemente ya lo estoy abrazando, y llorando contra su pecho.

-Lo siento mucho...

-Vi...

-Siento no poder hacer nada por defenderte, no poder hacer cambiar a tu padre, lamento que...

-Basta —sus manos se apoderan de mi nuca y eleva mi rostro para encararlo.

-Amor, yo...

Sus labios lastimados me interrumpen, y se entierran en los míos, aún sabiendo que está lastimado, enredo mis dedos en su cabello, y él me carga para ponerme sobre el lavamanos.

-No hablemos de eso, ¿de acuerdo? —asiento.

Se acomoda entre mis piernas y besa la curva de mi cuello.

-Ahora estoy contigo, bonita, ya nada puede estar mal...

-Tengo que curarte —susurro.

-Ya lo estás haciendo —vuelve a besarme, sus manos se apoderan de mis caderas posesivamente, y me empujan aún en mi posición, contra su cuerpo.

Con las palmas de mis manos, recorro desde sus hombros hasta su abdomen, sintiendo cada músculo que lo conforma.

-Voy a llevar el botiquín a mi habitación, ¿vale?

-Vale —acaricia mi mejilla y me ayuda a bajar del lavabo.

Salgo del cuarto de baño, y me hinco frente a la madre de Joe, para revisar su pómulo y demás.

-Tengo el remedio perfecto —digo con media sonrisa.

-No te preocupes, cariño, no me duele.

-Estaba segura de que diría eso, mi madre me enseñó, que cuando tienes alguna parte lastimada e hinchada, debes de poner sal y agua tibia en un vaso, después, mojar un pequeño trozo de tela y pasarlo por la zona...

-Bien...

Regreso al baño y veo a Joe tratando de limpiar su labio lastimado.

-Cuando termine con tu madre, empiezo contigo.

Lleno el vaso y bajo corriendo a la cocina, por la entrada que está a un lado del pasillo, para que así nadie note lo que hago.

Tomo lo que necesito y de nuevo llego a la habitación.

Eres hermosa para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora