XIII

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ESTE CAPÍTULO VA DEDICADO A: @JacksonCamila y a @desire1111

Por votar y amar esta historia tanto como yo lo hago, gracias, con sus comentarios, me motivo más y más a escribir.



"La desgracia no disminuye por mucho que se hable de ella.

Hay dolores que no permanecen quietos en el corazón, están sedientos por salir y dar rienda suelta a la tristeza"

"Un amor", Constantino Cavafis.



Caigo al piso al ser desprendida de él e intento ignorar la imagen de Joe golpeando una y otra vez a Kevin en el suelo.

-Déjalo —digo en un gemido.

-¡Eres una mierda! —grita Joe.

-¡Amigo, era un juego, no iba enserio!—grita Kevin.

-¡Maldito cobarde de mierda!

-¡Déjalo! —me levanto y jalo su camiseta con fuerza haciendo que desprenda mi mano con violencia y me empuje lejos.

-Detente —pido.

El rostro de Kevin está hinchado, y su nariz se encuentra en una posición extraña, el pánico se desata en mí, entonces lo que hago es empujar a Joe con toda la fuerza que tengo para que se detenga.

-Te vas a arrepentir, Jouven—Kevin cubre su nariz y se levanta del suelo para salir al pasillo.

Me quedo hincada en el suelo con Joe incorporándose y ayudándome a hacerlo.

-Es un cobarde —casi puedo jurar que veo lagrimas en sus ojos, pero es un abominable contraste con la expresión de odio que denota su rostro.

Camino a mi escritorio y recojo las cosas para ponerlas en mi bolsa.

-Vi...

Ignoro el modo en el que busca mi mirada, por vergüenza, por enojo y por temor a volver a llorar.

Cuelgo en mi hombro el bolso con mis cosas y con cabeza gacha intento pasar a un lado de Joe, pero como me lo esperaba, él se interpone en mi camino.

-Tengo que irme, voy a avisar que no habrá clase —digo en voz baja.

-Cariño... —toma mi mano, pero al ver sus nudillos rojos y lastimados la desprendo veloz.

-Hablamos luego, ¿vale? —intento rodearlo de nuevo pero vuelve a cerrarse en mi camino.

-Habla conmigo, ahora —pide.

-No hay nada de qué hablar —toma mi barbilla entre sus dedos y eleva mi rostro para que lo vea a los ojos.

-Lamento no haber llegado...

-No hay nada que lamentar —digo con media sonrisa, pero la forma en la que él la percibe solo hace acrecentar la ira que acumula.

-Esto no se va a quedar así, Vi. Ese tipo pagará por lo que ha hecho.

-Por favor, no busques una venganza que yo no necesito, yo no soy así—bajo el rostro.

-Pero Vi, él trató de...

-Sé lo que intentó —esta vez mis lagrimas se desbordan—sé que quiso hacerme daño, pero no busco una venganza con nadie, y no quiero que tú quieras hacer una justicia con tus propias manos, no es justo para nadie.

Eres hermosa para míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora