Espera y espera por mi respuesta, y lo único que puedo hacer es corresponderle a su sonrisa y observarlo fijamente.
-Gracias —murmuro con pena.
-"Claro, era lo único que la cobarde de Vi hubiese dicho" —murmuro internamente.
Me reprimo a mi misma al ver confusión en su mirada y la manera en que busca palabras, pero no encuentra que decirme o hacer.
-¿Gracias? —susurra.
Quiero decir algo, cuando unos pasos en la escalera me desconcentran y me separo de Joe con velocidad.
-Es hora de que el joven se vaya —dice mi padre con frustración.
-Ya me iba, buenas noches señor —dice Joe con respeto.
Mi padre sube las escaleras con pesadez y escuchamos cómo cierra la puerta de su habitación.
-Es hora de que me vaya —vuelve a acercase a mí y me besa con fuerza.
Sus manos recorren mi cuerpo detalladamente, sus labios son firmes y suaves, no quiero que se vaya, desearía poder besarlo todas las horas posibles, estar entre sus brazos con falta de respiración.
Se da media vuelta y lo acompaño hasta el marco de la puerta.
-Vi...
-¿Si? —murmuro.
-¿Te gustaría salir mañana conmigo? —se acaricia la nuca a modo de preocupación y me observa seguro desde su posición.
-¿A dónde? —pregunto.
-Ir al cine o a un restaurante, o a un bar —dice nervioso.
-Claro, sería genial ir a un cine, un bar y un restaurante —digo casi riendo.
-Paso por ti en la tarde, ¿vale?
-Vale—besa mi frente y baja los escalones casi corriendo.
-Llego a las tres—dice poniéndose el casco y acomodándose en su moto.
-A las tres.
-Dulces sueños, hermosa —su motocicleta arranca y se va haciendo sonidos intimidantes.
Alan se asoma por tercera vez a la puerta del baño y revisa de cerca el modo en el que me maquillo y peino, la verdad es que no les he dicho ni a mi madre ni a mi padre de a dónde me dirijo.
-¿A dónde irán? —pregunta.
-No lo sé, dijo que estaría aquí a las tres —anudo mi cabello en una coleta alta y me pongo mi chaqueta de piel.
-Son tres con diez, ¿te ha mandado algún mensaje?
-No tiene mi número—pinto mis labios con el labial de un tono bajo y volteo a ver a Alan con alegría.
-Pues deberías de... —los golpes en la puerta de la entrada se oyen hasta mi habitación.
-Debe ser él, ¿cómo luzco? —me doy una vuelta frente a él.
-Extrañamente bien... —dice con burla—bromeo, te ves preciosa.
-Gracias—beso su mejilla y bajo las escaleras tratando de no hacer el ridículo de caerme y por obra y gracia del Señor no lo hago.
En la puerta de la entrada, se encuentran mis dos padres seguramente interrogando a Joe .
-¿Vas a llevar a mi hija en esa cosa? —murmura mi madre.

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Eres hermosa para mí
Romance"Vi", es una chica, que no tiene claro que es lo que quiere en la vida, su físico no es el más atractivo para el sexo opuesto, ha pasado toda su vida tratando de ser la invisible, la persona más desapercibida que haya habido en la tierra, y lo logra...