•Aprendiendo•
Me desperté, el no estaba a mí lado, no temía que se fuera, en cambio, me alegraría más que nunca volver a ser libre, necesitaba escapar de inmediato, pero, ¿Como? Necesitaba un plan demasiado bueno como para que nadie me volviera a encontrar y encerrar para hacerme sumiso como hasta ahora; pensé y pensé, la respuesta llegó en menos de medio segundo.
Sí este tipo, del cual nombre se me había olvidado, es millonario, podría tomar su dinero y largarme de este mugroso país, pero este plan tendría que llevarse acabo cuando no estuviera en casa y hoy era el día.
—Oh, te has despertado—¡Mierda! Soy un estúpido, creía que no estaba merodeando por aquí.
—Si, yo todavía tengo sueño, pero me he despertado y al no verlo entre en pánico.—Actúe "preocupado".
—Hay pequeño gatito, estoy aquí siempre, nunca te dejaré solo.—Esas palabras resonaron en mi mente, ¿Nunca solo? Así no funcionaba el plan, el tenía que largarse de la casa.
—Gracias.—Sonreí.—¿Puedo volver a dormir?
—Aquí se hace lo que yo digo, pero solo por hoy.—Sonreí ampliamente y me incorpore en la cama. Vaya que era idiota.
.....
Me volví a despertar, ví al tipo en el ordenador, ¿Qué acaso nunca trabajaba? Tallé mis ojos y el señor barbudo volteó.
—Que bueno que has despertado, necesitó que te cambies, iremos a comer con un amigo muy elegante, ¿Vale? Que sea rápido.—¿Quién se creía este? Que sí, mucho poder sobre mí pero no me gusta que me apresuren.
Me pare de la cama, no tenia ropa en su casa, ¿Como me iría? ¿Desnudo o con la pijama?
—No tengo ropa.—Me acerque a él.
—¿Disculpa? No escuche el "Daddy"—¿Era enserio? ¿De que va este sujeto?
—No tengo ropa, Daddy.-Dije volteándole los ojos.
-Es comportamiento esta mal, y tendré que darte un severo castigo.—Se paró de su lugar y caminó hacia mí.—Me voy a sentar y te vas a poner en cuatro para darte tú merecido, gato igualado. Bajate los pantalones y el bóxer.—Creo que debería aprender a acatar indicaciones y a callarme el hocico. Baje mis pantalones y me puse en cuatro.—Cuenta conmigo, si no escuchó que cuentas te daré más.—Solo asentí. La primera nalgada.
—¡Uno!—Grite cuando su mano golpeo mi trasero, este empezó a arder. El segundo golpe.—¡Dos!—Y así consecutivamente hasta que mi "Daddy" dijo hasta aquí.
Me dio ropa y me vestí de traje, me quedaba perfecto; me preguntaba si anteriormente habría alguien más aquí con él.
—¿Listo?—Pregunto.
—Listo, daddy.—Dije cuando termine de amarrar mi corbata.
—Hoy va a ser una cena especial, iremos a comer con Frank, podrás conocer a su sumiso, un mocoso como tú.—Eso me ofendió, si no fuera porque es mi "amo" ya estaría en el suelo por el golpe que le hubiese dado. Subimos a su coche.
—claro daddy.—Mantenia mi vista en la ventana derecha.
El trayecto fue largo. Cuando por fin llegamos, me encontré con una enorme mansión, como la de aquel sujeto. Afuera había mayordomos, sus vestimentas eran fascinantes; había dos enormes limosnas en el estacionamiento de ese tal Frank.
—¡Mi querido Samuél, creí que no vendrias!—Dijo aquel sujeto que supuse que seria Frank.
—¿Como crees que te iba a fallar? Este es Guillermo, mi sumiso.—Me presentó.—Saluda.
—¡Hola, señor!
—¡Esta muy bien educado! Este es el mío, ¿Te acuerdas que te hable de él? Bueno, Alex, saluda.
—¡Hola, señor!—Este Alex se veía intimidado, como si le hubieran hecho mucho daño.
—Bien, pasa Samuél, esta casa es tuya.
—Te creo, con lo que te pagó.
—Pringaó, pasa Guillermo, llevalo a tú cuarto Alex.—El pequeño acató y me llevó a su cuarto. Estaba lleno de peluches y juguetes, una enorme pantalla y muchos videojuegos.
—¿Tú daddy te intimida?—Me atreví a preguntar.
—¿Que dices imbécil?—Noté como su expresión cambio de persona intimidada a una persona mejor tratada.—Aquí me tratan como él mismísimo rey, vivo y como bien, me da lujos, no le causo ningún problema, soy el mejor de todos los que ha tenido; de seguro el tuyo si lo hace.
—Soy nuevo, acabo de llegar ayer, se supone que me esta educando.
—Hay principiante, son millonarios, tú sólo diviertete como ellos lo hacen contigo, juega con ellos, se sumiso pero no tanto, en este juego siempre se gana, y más si es fortuna, sacale todo lo que le puedas sacar, haste el niño tonto, que sufre, todos sabemos que quisiéramos regresar a casa a ver a nuestros amigos y familiares, pero ¿A quien engañamos? Somos más felices aquí con toda esta fortuna. Aprende niño.—Y ahí fue cuando entendí todo; esto era un juego, y tenía que aprender a jugar....
Me senté a su lado y lo miré. El estaba tan entretenido en su juego, que creo que dejo de notar mi presencia.
—Después te enseño la vida que te puedes dar con unos cuantos consejos.—Me miró. —No seas tímido, toma—Me paso un control.—Veamos quien tiene más bajas.—Puso COD War Fare.
Quizá podríamos ser muy buenos amigos.