•Recordando•
Había pasado una semana desde que Alex me había dicho que empezaría a entrenarme para tener a este sujeto a mis pies.
Aventé la pelota rosa que tenia en mi mano al techo, luego la atrape con mis manos para luego volver a aventarla. Quisiera volver a casa.
—Ponte esto—Me aventó una bolsa negra a la cama, estaba serio y su semblante me daba miedo.—Iremos a ver a Frank y debes de estar presentable. Vistete, en media hora partimos de casa.
—Sí, Daddy.—Tome la bolsa y corrí al baño. Toda esta semana había estado poniéndome la ropa de Samuel solo porque a el se le hincha el huevo de no comprarme nada.
Samuel siempre viste traje, sus camisas lila y su corbata morada con líneas diagonales de un color pastel.
Abrí la bolsa y vi lo que contenía. Una blusa rosa pastel y unos pantalones azul pastel, también había dos pares de calcetas y unas converse blancas. Me siento una mariposa. ¡Un mariposon!
Me empecé a vestir, recordé el tipo de ropa que antes usaba, como colores fuertes, rojo, negro, azul rey. No sé, me gustaría volver a usar ese tipo de colores. Es tan raro usar ropa de colores pastel...
—Listo—Me sentía tímido, Daddy me miró unos segundos embobado.—¿Daddy?—Aún me cuesta articular esa palabra.—¿Está bien?—Moví mi mano enfrente de él.
—Si, te ves genial Guillermo.—Dijo con sinceridad. Su voz podía ser tan gruesa y tan delicada según el trato, y en esta ocasión era delicada y hermosa, su voz, su hermosa voz seguida por un coro de Ángeles. Joder, debería de dejar de verlo...—Bien, bajemos.
Bajamos las costosas y largas escaleras hasta que llegamos a su lujoso carro.
Samuel no es un sujeto malo, se me hace demasiado tierno y hermoso, es como si le hubiesen hecho daño, mucho daño. Si tan sólo pudiese hacer algo...
En todo el trayecto mire las preciosas vistas que la naturaleza nos regala, los hermosos arboles frondosos con sus deliciosos frutos colgando de las ramas. Había un enorme lago, quedaba perfecto para un boceto de algún pintor. Mire el retrovisor del coche y pide divisar que Daddy me veía detenidamente, como si me estuviera analizando. Yo lo mire por el retrovisor y el apartó la vista.
—Llegamos.—Dijo el chofer antes de abrirme la puerta del coche.
—Gracias Jeff, te llamó luego para que nos recojas.—jeff asintió y arranco el coche.
Afuera estaba Alex y Frank, vestidos de traje, ¿Que acaso siempre andan con sus trajes? Debería de ser muy incómodo.
—Ves con Alex Guillermo.—Dijo samuel demasiado serio. Sólo asentí y fui con Alex.
—¡Alex!—Chillé.
—¡Guillermo, sube que hay que seguir con tu entrenamiento cabrón! —Dijo Alex subiendo a toda prisa las escaleras.
Cuando Alex abrió su cuarto, este se veía más lleno, había una pantalla más grande, su estante de videojuegos estaba lleno, había más peluches, la ropa no cabía más en el armario, joder, me tiene que pasar el tip ya.
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La noche había caído. Samuel y yo estábamos en casa, y como es de costumbre, él tenia su vista fija en la computadora.
Me quería acostar, pero antes tenia que cambiarme y fue ahí donde caí en cuenta de que no tenia ropa aquí. Era hora de usar cada una de las cosas que me dijo Alex.
—Daddy—Mencione.
—Dime pequeño.—No despegaba su vista del ordenador.
—No tengo ropa, Daddy.
—¿Qué? ¿Cómo es eso posible?—Despego su vista del ordenador y me miró. —Bien, haremos esto.—Se piso de pie y avanzo hasta mí. —Mañana saldremos a desayunar a algún restaurante y después iremos a comprar lo que tu quieras. —Me acosté y el hizo lo mismo, paso una laño sobre mi cuello y me abrazo.
—Daddy—Dije en voz baja.—Extraño a mi familia—Suspire. Y a decir verdad extrañaba a mi familia.
—Me tienes a mi Guille.
—No es lo mismo, ellos son familia, extraño escuchar la voz de Karol por toda la casa, extraño escuchar a mamá llegar a la casa solo porque papá nos abandonó. No quiero decir esto, pero extraño ir al trabajo, ver a mis compañeros de trabajo a pesar de que no me los trago. Quiero ver de nuevo la risa de Karol, los gritos de mamá. —Empecé a lagrimar. —Esto es una pesadilla—Mis lágrimas salían prolongadamente, me dolía esto.
—Tranquilo Guille, todo estará bien.—Me dio un beso en la frente.
Cerré los ojos y en minutos me quede dormido.
