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|•Pesadillas•|

Guillermo.

Cálidos dedos entrelazados con los míos, presionando mis manos más profundamente en el colchón. Mis párpados están demasiado pesados para abrirse por la falta de sueño que he tenido esta semana. La falta de sueño que he tenido durante todo el mes, la verdad.

Pesadilla tras pesadilla; en estas, yo me encontraba en medio de la calle, en medio de la oscura y fría calle, con aquella pelota morada en mis dos manos, Samuél no estaba ahí, Samuél no estaba debajo de aquel frondoso árbol, era de noche y en el cielo las estrellas desaparecían Y las nubes se apoderaban del cielo. Aquel coche se aproximaba a mi, yo lo veía más no me movía, las luces lastimaban mis ojos y el carro no se detenía, veía dentro de aquel carro a Samuél, este, cuando estaba apuntó de arrollarme me despertaba empapado en sudor y con la respiración agitada.

-¿Como amaneciste?

-Con pesadillas de nuevo.

-¿Me las quieres contar?

-No creo que las quieras escuchar.

Otra de tantas pesadillas, es donde estoy sentado debajo de aquel árbol, sus hojas frondosas hacían sombra, sus hojas se movían al compás del viento que la fría noche. La luna se veía hermosa, brillando como siempre. De repente, veía a Samuél en medio de la carretera, veía como un carro se aproximaba, veía como Samuél me sonreía y como cuando lo iban a arrollar, me despertaba con un horrible dolor de cabeza, mi pecho se movía de arriba a abajo, mi corazón latía y mi cabeza explotaba.

-¿Algún día lo harás?

-Quizá.-Suspiré.-Tengo que quitarme estos puntos que tengo en la ceja y en mi labio. También los puntos que tengo en el brazo enyesado.

-¿Crees que pueda caminar?

-Lo harás.

Él movía su pie de un lado a otro, miraba sus piernas, las acariciaba.

-Quiero caminar de nuevo.

-¿Me acompañas a que me quiten mis puntos?

-Te acompañaría a donde sea.-Sonrió.-Quiero estrenar mis muletas.

-No quiero que te canses con eso bajo tu axila.

-No pasa nada, además, es un placer acompañarlo señorito.-Soltó mi mano y me besó.

Nunca creí conocerlo, así como nunca creí enamorarme perdidamente de él, tan enamorado que nos casaremos.

Me pare de la cama y fui en dirección al baño. Me quite la ropa y me metí en la regadera. El agua fría cayó por todo mi cuerpo caliente. No se si sea al único al que le pase, pero siempre tengo una gran erección marcada, a pesar de mis pesadillas. Muy extraño.

Después de enjabonar mi cuerpo, salí enredado con una toalla en mi cintura.

-Que sexi te ves.-Me dijo con voz algo ronca.

-¿Estas bien? -Fruncí el ceño.-Te escuchas constipado.

-Me duele la garganta.-Me acerque a él y toque su frente. Esta ardía.

-¡Estas ardiendo en fiebre!-Saque un termómetro y se lo puse en la axila.

-No te preocupes.

-¿No preocuparme? Samuél, estas mal. Le diré a Sofia que traiga toallas.-Samuél rió.

-Pareces una de esas típicas mamás.

-Samuel, estas enfermo, tengo que cuidarte.-Dije, camine por todo el cuarto en busca de pastillas.-Iré yo solo a que me quiten los puntos.

《✘DADDY✘║WIGETTA║TERMINADA║》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora