•Boda•
Guillermo.
En unas semanas Alex y Frank se casarían. Exactamente en dos. Que hermoso es ver a dos personas enamoradas casarse ¿No?
Después de darle tantas vueltas al asunto del casamiento y de pensar tanto en la propuesta de Samuél, me di cuenta que si lo amo, ¿Por qué no le dije que si?
Quizá fueron los nervios que se apoderaron de mi, pero es que no estaba listo para esto, no estaba listo para afrontar un casamiento a mis apenas dieciocho años. Yo creo que nadie, pero ahora lo veo desde una perspectiva positiva; Samuél me ama y yo también lo amo, después de todo se ha tomado un tiempo para conocerme, eso quiere decir que si quiere estar a mi lado; ¿Qué es lo que no me deja casarme con él? ¿Mi corta edad? ¿O el siempre hecho de pensar en que esto no pueda funcionar?
—¿Me acompañarás sí o no? -Dijo dejando el cubierto a un lado de su plato.
—Si así lo deseas.—Sonreí.—Pero Alex no me ha invitado.
—Frank ya lo hizo.—Levanto sus cejas.—¿Que no piensas comer?—Dijo al ver mi plato lleno.—¿En que piensas?
—¿Como sabes que estoy pensando en algo?
—Me he tomado el tiempo para conocerte.—levanto sus hombros.
Me encantaba que se hubiera tomado el tiempo, me gustaba que hubiera puesto de su parte, pero yo también debo poner de mi parte y una buena manera es hacerlo feliz con un hermoso sí. Casarme con él sería la mejor opción que yo podría tener; después de todo Samuel es muy romántico, me encanta su forma de ser, simplemente es él mismo, no finge ser otra persona para agradarme.
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—¿Y ya tienen todo listo?—Pregunte cuando Alex llego a casa.
—Yo ya tengo mi traje, y la decoración.—Se veía tan enamorado e ilusionado—Frank se encargara de lo demás; le dije que quería algo sencillo.
—Vaya, ¿Y lo del padre que los va a casar? ¿Sabes que el casamiento de dos personas del mismo sexo esta prohibido o mal visto en la biblia?
—Lo sé, por eso no te preocupes, Frank se encargo de contratar a una persona para el casamiento civil, nada de iglesias y esas cosas.—Se alzo de hombros.
—Bellas personas-Dijo Rubén sentándose a lado de mí —¿De que hablan enamorados?
—De mi boda—Dijo presumidamente Alex.
—Yo me le declaré a mi Manhe —Dijo feliz.
—¿Te dio el si?
—Así es–Contesto a mi pregunta. —¿Y tú cuando piensas darle el si a Samuél? ¿Nunca o que coño?
—En cuanto me lo vuelva a pedir, pensé todo el tiempo en esto y me dije, ¿Que leches? Voy a decir que si, porque lo amo.—Sonreí aun más enamorado.
—Ya decía yo chaval—Dijo Alex.
En realidad creo que ver a todas estas personas enamoradas, felices por casarse o iniciar una relación me hizo pensar en que yo también podría estar feliz, e incluso planeado mi boda. O hasta aún mejor, casándome ya.
Pero vamos, que no he vivido lo suficiente, pero no creo que sea algo del otro mundo. Creo que estaría bien experimentar y ver lo que es el amor, y que mejor que con Samuél.
—¿Unas partiditas de Fifa?—Dijo Rubén.
—Ya que.—Dijimos.
[...]