|•200,000€•|
Guillermo.
Me alegraba saber que Samuél en unos días volvería a caminar, que en unos días removerían sus yesos. Me daba alegría eso y que nos casaríamos.
Me imaginaba caminar por el camino de pétalos, dos pequeños atrás de mi rellenando lo que falta de pétalos y yo caminando hacia Samuél. Me imaginaba muchas cosas.
También me imaginaba el día en que fuéramos a adoptar a nuestros pequeños. El sueño de Samuél es adoptar a dos pequeños, una niña y un niño, también su sueño era llamarlo Zeus y Liliana. En realidad son bonitos nombres.
-¿En que piensas?-Lo miré y sonreí.
-En lo guapo que amaneces cada día.-Sonrió.
-Me sonrojas.-Dijo divertido.
Pero es que en realidad era verdad, Samuél amanecía cada vez más guapo, más feliz, contento, y yo espero ser la razón de eso.
-Ya casi te quitan esos yesos.-Lo tomé de la mano. La larga mesa de la sala nos separaba mientras comíamos.
-Cuando me los quiten caminaré a tu lado toda la vida.-Me lanzó un beso.
Me encantaba ver a Samuél feliz, me hacia feliz verlo así. Simplemente me encantaba él.
-Lamento deciros que ya no hay comida.-Lloriqueo Rubén.-Y si no hay comida no hay cena-Se alzo de hombros.
-Al rato te surto la despensa Rubén. -Le guiñe un ojo.
-Vamos a ir a comprar Guillermo.
-No-Dije-Iré yo solo
-¿Por que quieres ir solo?
-Quiero que te quedes un momento sin mi, más aparte me gustaría ir a mi solo.
-No voy a dejar que vayas solo.-Mire a Rubén y este abrió los ojos y alzo las manos.
-Iré con Rubén -Le dedique una sonrisa a Rubén.
-¡No me metas en tus cosas tío!-Me señalo con su dedo.
-Vale-Dijo Samuél. Le saque la lengua a Rubén. -solo porque no quiero que vayas solo.
Reímos y seguimos en lo nuestro.
Hablaba con Samuél de cosas diversas, el extraña la empresa, extraña ir a visitar a sus empleados. Después de todo Frank estaba encargado de todo eso.
Veíamos maratones que pasaban en la tele. Samuél daba vueltas por toda la casa con sus muletas. Cuando se cansaba se sentaba a mi lado y pasaba un brazo al rededor mío.
-¿Sabes que te quiero hacer?-Dijo Samuél.
-¿Qué?
-Tengamos sexo mientras estoy enyesado.-Lo mire con el ceño fruncido y el río-Estoy hablando enserio Guille.
-Estas loco.
-A que te pongo duro.-Lo mire y asentí a su propuesta.
Repartía besos por todo mi cuerpo. Por mi cuello, mis labios, mis mejillas; acariciaba mi miembro mientras seguía repartiendo besos.
Una que otra vez se me salia un gemido.
Me acerque a el y lo bese.-Creo que has ganado la apuesta -Dije entre el beso. Pude sentir su sonrisa triunfante.
Me senté encima de el y le quite de un golpe la camisa blanca de botones. Sabía que le dolía que estuviera encima de él, pero ahora me tenia que dar o si no me enojaría...