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44 | Cheer up

"Dices que me calme y tome un aliento

Que por mí estas frustrado

Y yo hago que tu corazón se acelere

¿Por qué?

Dices que soy muy bonito

No es que esté presumiendo ni nada."

(Twice - Cheer up)

Luhan

Hace tres años tenía una relación. Johnson del Congo, si lo recuerdan. Y como una pareja joven solíamos frecuentar clubes de moda juntos.

En ese tiempo mi vida estaba bajo control. Hasta esa noche.

Yo no lo había notado, mas bien fingía no notarlo, pero sabía que él me estaba mirando.

Sonreí un poco para él y se acercó en medio de las luces brillantes y la música que al parecer era popular. Como es típico de él, fue justo al grano y acarició mi brazo, gran error.

—Oye, mi novio mide dos metros —le advertí. Él sonrió como si de un chiste se tratara.

Antes de que pudiera borrar la sonrisa de su rostro Johnson estaba golpeándolo con un puño más grande que su cabeza. Se desplomó como un peso muerto, pobre niño.

Sacudí su rostro hasta que balbuceó algunas palabras, estaba consciente.

—¡Estás loco! ¡Sólo estábamos hablando! —exclamé hacia mi novio, ese mismo día se convirtió en mi ex.

—¡Se te estaba insinuando!

Siempre he tenido este problema con los hombres, no confían en mí, dicen que es mi apariencia, pero no puedo controlar algo así.

—¡Vete a la mierda, pudiste matarlo!

Quizás puedan deducir que nos sacaron del club y terminé en una banca en el parque con ese chico descansando sobre mis piernas. Viendo su rostro en una luz decente, parecía un niño y la marca alrededor de su ojo me causaba una gran culpa.

Acaricié su rostro hasta que despertó, parecía atolondrado.

—Hey... —murmuré—. Te llevaré a casa, ¿dónde vives?

—No puedo volver... Mi madre...

—Entiendo.

Quizás lo hice porque era muy guapo o yo era una especie de guarro en ese entonces, pero lo llevé a casa, de la forma que pude. Se cayó un par de veces subiendo las escaleras, pero finalmente se dejó caer en el sofá y yo me dediqué a mirarlo.

Quizás él no tenia una idea de donde estaba ya que empezó a sacarse la ropa medio dormido, intenté detenerlo pero en poco tiempo estaba desnudo sobre mi sofá.

—Tú... ¿Quieres comer algo? —él asintió con los ojos cerrados—. Está bien, puedes ir a mi habitación.

Y así lo hizo.

Esa noche pudo transcurrir de otra manera, pero mientras le hacía algo de comer sentí una profunda curiosidad. Entré a mi habitación como si fuera un intruso y lo encontré recostado en todo su esplendor, en ese momento hice el comentario mas vergonzoso de toda mi vida.

—Wow... ¿En serio es coreano? Vaya que es gr–

—¿Qué?

Sí, estaba hablando de su pene y él me escuchó. La "tercera pierna" de la que Sehun presume no es en vano, sin embargo he visto... Bueno, ese no es el punto.