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21 | room 509

Room 509

Algo que no sabían antes de vivir juntos: la maldad corre en la familia.

12:56 pm

Jongin estaba teniendo un día espléndido, hasta que esa pequeña rata apareció.

Bum Soo, el pequeño sobrino de siete años de Kyung Soo. Al parecer la hermana de Kyung Soo tenía una emergencia tan repentina como para dejar al pequeño bocón al cuidado de esos dos.

Jongin lo observaba, y Bum Soo lo observaba de vuelta. Finalmente Jongin encendió el televisor y colocó su atención en una pelea de kickboxing.

—Quiero ver Robocar Poli —se quejó el niño.

—No, no. Esto es genial, sólo miralo.

—¿Por qué están peleando? —preguntó el pequeño.

Empezaban las preguntas. Bum Soo quería saberlo todo.

—Es un deporte.

—¿Por qué lo hacen?

—Para ganar dinero.

—¿Para qué necesitan dinero?

—Para... Comprar una casa y un auto.

—¿Para qué?

—Para...

—Estoy aburrido, quiero ver Robocar Poli.

—En un momento podras–

—¡Tío, tu novio no me deja ver Robocar Poli! —lloriqueó, Jongin lo ignoró, mala idea.

Kyung Soo caminó rápidamente desde la cocina, arrebató el control remoto de las manos de su novio y luego lo golpeó con el mismo en la cabeza. Sintonizó el canal deseado por su sobrino y acarició su cabeza.

—Jongin, eres un adulto, dejalo ver su programa.

—¡Yah, siempre lo favoreces a él!

—¡Es un niño, idiota! —Jongin calló, podía ver la sonrisa en la cara diabólica de Bum Soo—. Soosie, ¿Qué quieres comer?

—No quiero comer, tío —expresó con una cara de disgusto.

—Mmm... ¿Quieres un helado? —el pequeño asintió con una sonrisa amplia—. Quedate aquí con Jongin, volveré pronto.

Apenas Kyung Soo salió del apartamento Jongin se apresuró a cambiar el canal, de nuevo a la pelea. El pequeño se quejó, sin embargo Jongin no le prestó mayor atención.

—Tengo sed —Jongin bufó.

Sin embargo fue hasta la cocina para darle un vaso con agua a Bum Soo. No mucho después de sentarse de nuevo en el sofá el pequeño derramó el agua fría sobre Jongin quien saltó gruñendo y retorciéndose.

—Quiero ver Robo–

—¡YAH! ¡Callate de una vez! ¡Arriba, firme! —gritó Jongin, el pequeño tembló y se puso de pie—. Escuchame, niño. Esta es mi casa, obedece mis reglas, ¡Pequeño malcriado! Odio a los malcriados como tú. ¡Veré mi maldita pelea y luego puedes ver al Robo-mierda poli!

El pequeño lo miraba desde abajo con un puchero que le recordaba demasiado a Kyung Soo. Escuchó el click de la puerta y abrazó al niño rápidamente.

—Sonríe, vamos, somos buenos amigos —ordenó Jongin, el niño obedeció.

Kyung Soo apareció con una bolsa del mercado local y una variedad de helado para Bum Soo.

—Tío, quiero que escuches algo —Kyung Soo asintió con una paleta en su boca.

Bum Soo le dio play al audio en el teléfono de su tío. Se trataba de Jongin gritándole niño malcriado minutos atrás. Kyung Soo tenía los ojos inyectados en furia. Jongin estaba optando por enterrarse vivo, sería menos doloroso que la furia de Kyung Soo.

01:26 pm

Jongin estaba de rodillas en el suelo del salón, con las manos detrás de la cabeza, era el castigo más efectivo de Kyung Soo.

Bum Soo comía de su helado con forma de oso felizmente, mientras cambiaba los canales.

Jongin bajó los brazos un poco y suspiró.

—¡Tío Kyung Soo! —Jongin volvió a su posición anterior rápidamente—. ¿Por qué vives aquí?

—Porque tu tío y yo somos pareja —respondió Jongin, quería llorar, definitivamente.

—¿Por qué son pareja?

—Porque nos amamos.

—¿Por qué se aman?

—Porqué... No lo sé

—¿Por qué no sabes?

Las preguntas siguieron al menos una hora más. Definitivamente la maldad estaba en los genes.