Room 509

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Kyung Soo

Algo que no sabía antes de vivir con Jongin: dependencia.

—Pero, señor... No fue mi culpa —expliqué a mi jefe por teléfono.

A veces los errores de otros llegan a nuestros pies, salpicandonos de culpa aunque no tengamos nada que ver. Suele pasarme a menudo.

—¿C-carta de disculpa? Pero, yo no lo hice.

Ese viejo maldito. Espero que Satán le haga rendir cuentas pronto.

—Sí, terminaré el artículo y lo haré... Oiga, yo creo... ¿Jefe? —me colgó—. Aish.

Estaba sólo en casa, Jongin ni siquiera estaba cerca para hablarle de mis problemas. Lo cual siempre hago sin pensar en que lleva todas mis quejas sobre sus hombros, soy un novio terrible.

—Todo está bien, Soo —me repetí a mi mismo.

Pero el mundo no estaba de mi lado, cuando estaba escribiendo las ultimas palabras de la dichosa carta mi computadora murió. Intenté encenderla hasta el cansancio. Al final solo suspiré y caminé a la cocina, quizás la comida calmaría mi ira embotellada.

Pues vaya que estaba equivocado, intenté comer pan con mermelada, fui tan torpe como para dejarlo caer ¡Del lado de la mermelada!

Intenté comer un yogurt para olvidar mi desgracia y la maldita tapa de plástico se quedó atascada. ¿Saben cuales son las posibilidades de que eso pase? Yo tampoco lo sé, pero deben ser muy pocas.

Incluso intenté ordenando comida a casa y hasta un punto creí haberlo logrado, pero olvide quitarle él plástico a los fideos y lancé el douchi sin más. Arruinado.

—Maldición... Llamaré a Jongin —qué ingenuo soy.

Por supuesto que apenas llamé escuché su teléfono dentro de la casa. Ese idiota, lo necesito, ¿como me hace esto?

Me sentía triste, molesto con el mundo y solitario. Fui al balcón a fumar, aunque le prometí a Jongin no hacerlo más y sin querer empecé a quejarme como un tonto depresivo.

Ni siquiera mi encendedor funcionaba, en este mundo de mierda hasta fumar era mucho pedir.

Una mano se deslizó a mi lado con un encendedor. Volteé hacia él.

Oh, mi querido Jongin.

Apenas lo vi rompí en llanto, sabía que mi rostro era horrible al llorar y sonaba como una foca en agonía, pero él me conocía tan bien que esa fase de mi ya no era vergonzosa. No frente a él.

Me envolvio en sus brazos, se estaba riendo de mí. Lo golpeé en el hombro mientras descansaba mi rostro en su pecho. Soy patético. Miren a éste pedazo de hombre, Kim Jongin. Y yo, Do Kyung Soo, quien llena su camisa de fluidos, no precisamente buenos.

¿Por qué me comporto de esta manera cuando estoy con él? ¿Por qué soy caprichoso y altanero cuando sé que él me escucha?

—¿Qué pasa, Soo?

Empecé a explicarle todas las cosas insignificantes de las que estaba esperando quejarme, mientras sollozaba de forma horrible. Él se reía de mi pequeña escena mientras peinaba mi cabello con sus manos.

Jongin es tan amable, tan bueno.

¿Por qué quiero molestarlo contándole cosas insignificantes que solo son parte de un día común?

Antes de Jongin no hablaba ese tipo de cosas con nadie, no les daba importancia, solo lo miraba como una penosa casualidad. Pero ahí estoy yo, un adulto, llorando por mermelada y encendedores.

Odio al mundo, odio a mi jefe, odio muchas cosas, incluso a mis hermanos. Pero hay alguien que no podría odiar...

Ese es Jongin. Mi corazón depende de Jongin y espero que nunca me deje atrás.

•••

Recientemente esta historia llegó a los 30k leídos🙌🎉

Tenía este cspitulo en mis borradores, nunca lo publiqué por algun razón y supuse que sería buen momento para hacerlo.

(Esta escena ocurrió cuando aún vivían en el edificio antiguo).

Pronto comenzaré con la segunda parte, ya estoy de vacaciones

Gracias por leer y votar

Mucho amor❤

Bummie🐻

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