Capítulo 7

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"Sucede que me canso de ser hombre" Pablo Neruda. 


Once. Once. Once.

Y si le digo que si quiere ir a mi casa... ¿Aceptará?... Es una locura... ¡Harry, por supuesto que no lo hará!... Recuerda él no es como todos, él no es como el chico de antier, ni el posible del bar, ni el vicepresidente de la facultad... No será tan fácil.

A Louis no le hizo falta pedir disculpas, la mirada del chico lo dijo todo. Había cruzado esa delgada línea que él mismo juro que nunca pasaría. Negó con la mirada cualquier expresión bromista. Él no tenía tiempo para eso. Es más, lo mejor era irse.

- Hace mucho tiempo que no me reía mucho, te lo agradezco de verdad pero es tarde y mañana tienes examen. –Harry quiso llorar.

- ¿Qué? ¿Mi examen? No... no importa. –Su tono de voz casi urgente no convenció al abogado, metido en su papel de responsabilidad y bla, bla, bla.

- ¿Cómo que no te importa tu examen? ¿Estas bromeando, verdad?

- Sí. –Salvado por la interrupción del mesero quien invisiblemente deja la cuenta sobre la mesa.

Las órbitas de los ojos de Harry se dilataron al ver el precio, abriendo la boca totalmente sorprendido. Louis observó por un momento mordiéndose los labios sin querer –estaba enojado–, suspira tranquilo, todo estará bien. Apenas los ojos verdes adivinaron el movimiento lo interrumpe tomando la nota y negando con la cabeza. Se rehúsa, el que invita paga. Louis lo mira caminando hacia la caja y puede notar como habla cosas con un hombre de atrás.

- Me encantó tu historia pero son treinta dólares, ¿Los pagas o llamo a la policía? –Louis quiere intervenir, en primera porque en mejores lugares ha probado vodka. Ni si quiera era un bar exclusivo. Y que ese bueno para nada del cobrador le estuviera hablando de esa manera a Harry, claro que no lo iba a permitir.

- ¿Algún problema? –Pregunta el de ojos azules en apoyo a los verdes que apenas lo miran de reojo. Y al ver que se acerca saca con rapidez lo que tiene en su billetera para pagar.

- Ninguno. –Responde el muchacho.

- ¿Por qué no le dices a tu...

- Es mi tío. –Responde, Louis lo mira boquiabierto y luego mira al otro hombre.

- ...A tu tío que intentabas una cita conmigo para un descuento. Debe estar muy orgulloso. –Harry totalmente avergonzado baja la cabeza, se siente mal y ridículo. Maldijo entre dientes a ese hombre. Louis observa en silencio, el muchacho guardó el cambio en el bolsillo y tiró la cuenta a la basura.

- Pudimos compartir la cuenta...

- No.

- No me importaba, de verdad.

- Que no.

- No debiste pagarlo todo.

- Ya... Por favor.

Ambos caminaban a una cuadra del departamento de Harry, incluso Louis puede ver su auto sano y salvo. Respira el dulce perfume del chico que lo estaba enloqueciendo, huele a limón y sal, huele a vodka y al olor de la madrugada. Se siente otro Louis, uno diferente.

- ¿Ese es su carro? –El auto de cuatro puertas era modelo ÁngeloF24

Louis miró el auto que había comprado exactamente  hace cuatro meses como regalo de cumpleaños para si mismo, sonrió orgullo relajándose.

El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora