Capítulo 40 parte 2

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"El sol espero pacientemente a que lo notarás. En las noches más oscuras, él te ofreció todo, sin preguntas, desnudo y brillante, a pesar, de pasar la mayor parte de sus días escondiendo sus grietas en las sombras y solo ofreciendo piezas de sí mismo, en caso de que necesitaras un poco más de luz" Anónimo.


Durmió durante horas pero aún se sentía cansado, obligó a su cuerpo a rodar hacia el otro lado de la cama, sin embargo, todavía sentía dolor como para moverse por su propia cuenta. Y como si eso no fuera suficiente, toda su almohada olía a Louis.

Afuera, el cielo se estaba volviendo claro detrás de las persianas americanas, haciendo que la idea de meterse a la piscina como lo sugirió Louis, no fuera tan ridícula. Harry calculaba que eran las doce del mediodía, pero podía estar equivocado porque se habían despertado tantas veces durante la noche, todavía podía recordar de lo que habían hablado por entre las seis y siete de la mañana.

–Tus ojos  son lindos ¿te lo he dicho? –

Harry sonrió por eso, porque –sí, me lo has dicho... muchas veces, son verdes... no son la gran cosa –

–Pero no sólo es el color, es tu mirada... y tu piel es muy suave y tus tatuajes – Louis pasó su mano suavemente por su nariz y acarició sus cejas con la yema de su pulgar –Me gusta como se sienten tus labios – también sus dedos se permitieron tocar los labios y abrirle la boca, ese sutil movimiento provocó que se lamiera los suyos con ganas de probar un poco, como si la miel de sus besos fuera a extinguirse. –Tus manos... – Louis estaba muy borracho o tal vez solo estaba delirando por el sueño mientras estaban acostados, podían ser ambas.

–¿Qué tienen mis manos? – preguntó el otro curioso, mirándolo de frente.

–También me gustan – dijo con una sonrisa que se imprimió en la boca de su amante. –¿No es extraño? Todo de ti me gusta – 

–¿Vas a poder recordar todo lo que estás diciendo, mi amor? – preguntó.

–También eso... dilo otra vez – le pidió.

–Mi amor – susurró despacio. –Mi amor – esta vez se aclaró la garganta para decirlo más sutil y ruidoso al mismo tiempo.

–También tienes sueño, ¿verdad? – preguntó lo más tranquilo que pudo.

–Sí – dijo acercándose para utilizar uno de los brazos de Louis como almohada y hacer que la sábana al moverse no se cayera de su cuerpo.

–Entonces duerme – susurró en sus rizos, parecía una orden más para él, que para el menor, quien ya dormía en su abrazo –Buenas noches y buenos días –

La casa estaba tranquila, no como si se sintiera sola y triste, sin un alma en todo el lugar, simplemente, se sentía un ambiente pacífico, había mucha paz en el interior. Las paredes eran blancas y grises, excepto la cochera con colores metálicos, los muebles que la adornaban eran sofisticados y elegantes, cada uno de los cuartos tenía una decoración diferente, pero eso sí, había cuadros de arte por todas partes, también había floreros y detalles de la decoración interesantes.

En varias de las habitaciones, Harry había notado las sábanas blancas y lonas cubriendo los muebles, pintura en el suelo y rodillos secos, como si se encontrará en mantenimiento. No parecía que alguien hubiera vivido en este sitio, estaba limpio como una lujosa habitación de hotel.

Louis no le había mostrado la casa cuando llegaron pero él mismo podía imaginarse la razón. No quería arruinar la tarde del viernes con sus preguntas, después de estacionar el auto, bajaron las cosas y estuvieron un rato sentados en la sala con uvas y una botella de vino, el resto del tiempo se había evaporado muy rápido.

El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora