“Lo vas a conseguir: que mis verdades parezcan mentiras,que por más tiempo no aguante la noche, que por tus celos no pueda vivir,vas a conseguir que con los besos de ella solo sienta frio, que indiferente y amargo me sepa su amor” Jurado.
Louis odiaba ir a las fiestas de cumpleaños, como odiaba ser el sujeto que el payaso utilizara para uno de sus actos. Eleanor estaba a unos cuantos metros de distancia con las otras mamás, mirándolo como si de una venganza se tratase, burlándose, escondiendo su boca en el vaso de plástico para reírse.
Lo único que podía rescatar de todo eso: era ver a sus gemelos, sentados en una mesa infantil con otros amiguitos: sonriéndole y aplaudiendo, animados por el estúpido payaso que tenía a un lado.
–Damas y caballeros, niños y niñas, príncipes y princesas, feos y feas, con ustedes… yo y mi bella ¡oh perdón! Bello asistente, el señor… – se giró hacia él con el micrófono y todo ese colorido maquillaje.
–Tomlinson – le dijo.
–¡¿Tom que?! – grito el payaso hacia el público. –¡TODOS JUNTOS! ¡¿TOM QUÉ?! –
El público le siguió la corriente al payaso mamón: mientras Louis contaba hasta diez como le enseñaron en la junta de padres, “la paciencia” y esas cosas. En medio del acto, el señor Tomlinson visualizo en un rincón del festejo un grupo de hombres: todos ellos, padres de familia que lo miraban bebiendo cerveza tranquilamente como si fuera “el héroe de la fiesta”: probablemente alguno de ellos hubiese pasado por algo similar anteriormente o incluso estarían en sus zapatos de no haber corrido cuando anunciaron que el show estaba por comenzar.
Louis aplaudió al final del acto, no fue tan difícil correr a la audiencia y buscar cualquier objeto que el ridículo payaso quisiera “Simón dice” jugaba y el famoso Simón quería: un talco para bebe, una tarjeta de crédito y la correa de un perro, entre gritos y personas divirtiéndose ver a ese atractivo hombre y padre para su suerte finalizo y recibió como premio un globo en forma de perro: Louis le pidió dos.
Mientras el excéntrico payaso hacia el perro con el segundo globo, ambos hombres se despidieron con un apretón de manos, momento crucial en él que el hombre disfrazado aprovecho para hacerle una broma. Louis lo soltó inmediatamente cuando la corriente eléctrica se esparció por su mano, definitivamente los odiaba.
Les llevo a sus hijos un globo para cada quien y ambos gemelos estaban encantados por el regalo, muertos de risa (herencia de su padre) hasta que de pronto el globo paso a segundo plano, pidiéndole a su padre permiso para ir al tobogán de pelotas.
–Niños… - les hablo, bebiendo un poco - Pídanle permiso a su mamá, voy a sentarme un rato – rogo louis buscando una silla para adultos.
–¡Oh Louis! – La señora poo, de alguna junta de padres la recordaba.
–¿Qué tal? – dijo él sujetando la mano de lux.
–¿No te molesta que te diga Louis? ¿No? Dexter y Lux están en clases con mi hijita ¡Estuviste divino en el juego! ¿Cómo estás? – Louis le adivino las intenciones a la señora, y la respuesta es no. No estaba interesado en relaciones conyugales: a menos que seas un estudiante, universitario, con unos ojazos verdes y ricos labios.
–Estamos bien, muchas gracias, ahora si me disculpas… voy a llevar a mis hijos al tobogán… Cuídate – Amablemente se apartó de ahí con sus hijos alborotados por sumergirse en más de mil pelotas de colores.
***
Josh realmente estaba cansado físicamente. No podía creer que hubiera dormido en cama del mismísimo Harry Styles, ni que lo hubiese puesto caliente la noche anterior: hasta perder los estribos y cooperar desnudándolo también. Era cierto, todo lo que decían en la universidad era cierto. En el sexo era fenomenal este tipo. Él tenía su heterosexualidad bien definida solo que ayer se la había tomado en la sexta cerveza.
ESTÁS LEYENDO
El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)
RomanceLouis es un exitoso abogado penal, casado con dos hermosos hijos ¿Qué hace con un insaciable amante de 19 años? "Cuando se cierran las puertas del amor cotidiano todos necesitamos una salida de emergencia"