En un cuarto casi rosa - Laura Pausini ♫
“Y yo, que aún no he vivido nada, tengo una extraña debilidad por ese hombre que ha vivido de todo.” Márquez
Las caricias fueron evolucionando. Esos fuertes brazos que cuando lo tocaban temblaban; esa tarde ahora le prensaban de la cadera, espalda contra la pared, sosteniéndolo con firmeza, apachurrándolo y sometiéndolo a un abrazo personal. Esta vez sus ojos azul paraíso no lo miraban con desconfianza sino con anhelo. Harry pensó que de besos cálidos fue suficiente, ya no le abastecían: estaba listo para ir por más…
Cuando quiso tomar ventaja: Louis encontró su punto débil durante una mordida en su labio inferior, mirándolo con júbilo mientras gozaba cada que sus labios se palpaban, estudiando cómo se le retorcían las piernas al menor con una leve caricia en la parte baja de sus muslos, consiguiendo que a Harry se le vaciara todo el soplo de sus pulmones. Harry sintió morir entre los labios expertos del abogado, arrastrándolo a una ternura desconocida.
Exhalo, sediento y rendido. Louis le escucho un sonido gutural excéntrico más erótico imposible, era una armonía preciosa, clásica y exclusiva. Muchos le llamaban suspiros.
–Harry… –
–Umh… –
Solo Dios supo lo que le quiso decir que Harry no escucho. Y no tenía intención de preguntar en esos momentos. No quería su boca en otro uso que no fuera sobre su piel. El más grande sonrió cerca de los labios, experimentando el aliento calientito que emanaba el otro, antes de devorarle la boca de nuevo como si fuera un delicioso fruto.
Le era difícil separarse de Harry como le costaba al imán y al hierro, no cooperaba en absolutamente nada que su menudo cuerpo se restregara suavemente hacia su sexo tampoco que las pulsaciones se le disparasen una, tras otra, y otra sin control.
Quiso profundizar arrinconando más al niño contra la pared. Harry quiso volver a morirse sintiendo la intensidad del beso, se conforto envolviendo al abogado con sus ágiles brazos, impidiéndole moverse, menos dejarle. Se miraron a los ojos unos minutos antes de volver a retomarlo.
Louis estaba en ruinas, había perdido la cordura y saliva al mismo tiempo. Se sentía como si hubiese encontrado un tesoro y también su verdugo personal. O Algo así. Pero si le preguntáramos a Harry para él Louis lucia increíble despeinado que simplemente no pudo resistir más tiempo hasta que acaricio su picosa barba simétrica mientras se le acercaba dejándole un camino de pequeños, casi roce, inocentes besos en la mejilla. Louis le miro a los ojos con afecto de una forma especial y el otro sintió como si una chispa de electricidad le atravesara el corazón.
–¿En qué puerta vive tu vecino él que según tú dices que “está muy guapo”? – Pregunto Louis, volviéndolo abrazar por la cintura. Respirando pausadamente, recargado en la pared del pasillo.
A Harry se le rompían entre los dientes una risita burlona y divertida esa risita clásica de contener algún buenísimo chiste, con solo escucharlo.
–A lado del elevador –
–¿En esa? – Pregunto señalando la puerta correcta mientras que lo abrazaba sobreprotectoramente pero en ningún momento escuchar al menor quejarse en lugar de eso se reía y sonreía ampliamente –Está prohibida para ti – le susurro ligeramente en su cuello.
–¿Prohibida? – Harry sonrío de alegría asombrado– ¡No me hagas reír! ¿Desde cuándo? – reprocho buscando el primer botón de la camisa del mayor para examinarlo.
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El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)
RomanceLouis es un exitoso abogado penal, casado con dos hermosos hijos ¿Qué hace con un insaciable amante de 19 años? "Cuando se cierran las puertas del amor cotidiano todos necesitamos una salida de emergencia"