Capítulo 50
"No importa cuanto amor le hubiera dado... jamás habría sido suficiente porque no era la persona correcta" Sacrangel.
—¿Te gustó mucho... o poco? — preguntó Harry, sin anestesia, pasando su mano por la camiseta de algodón que el otro chico llevaba ese día. La misma camisa que había puesto al sol junto a su ropa el fin de semana pasado.
Fionn lo miró por el borde de su teléfono, tratando de adivinar sus intenciones, quería leer su mente, sus ojos verdes transparentes que lucían divertidos — ¿Qué estás haciendo? — preguntó. Ha intentado durante estos meses adivinar todas sus travesuras, a veces funciona, a veces no.
Esta vez, sin embargo, la pregunta no le sorprende, ya le ha dicho la respuesta mil veces, Harry se lo ha preguntado en su departamento, en el suyo, en la calle, en su cama, en sus ratos libres, cuando termina de bañarse y cuando vuelve a la cama; Fionn le contesta sin darle vuelta al asunto, es directo "mucho ¿y?... ¿Tienes algún problema?" Entonces Harry se ríe, se acerca peligrosamente y lo besa.
A Fionn un día de estos lo va a volver loco, porque, cómo puede una pregunta y una respuesta infantil, causarle tantas cosas, una revolución de mariposas en su estómago. Hoy no es la excepción, el único problema es que están en la sala de juntas, con sus compañeros de trabajo del otro lado, con las ventanas abiertas.
Harry se siente orgulloso de sí mismo cuando logra que Fionn regrese sus besos, porque puede sentir el peso de los ojos de Fionn sobre él, cuando él los tiene cerrados, dejándose llevar.
Fionn no le da ni un segundo de respiro, porque por un momento está demasiado ansioso por poner su boca en el cuello de Harry para robarle un par de gemidos silenciosos. Con un poco de confianza, cierra la puerta y pone a Harry sobre ella, presionando justo ahí. Harry ya está sonriendo, y es solo porque ya lo conoce tan bien que puede leer sus intenciones, quiere más pero no lo hará, porque deben esperar hasta estar solos y en casa de preferencia.
—Espera... — había susurrado Fionn, retrocediendo un segundo de su novio, quería, necesitaba aire, sólo un poco, tenía que reflexionar sobre la situación en la que se habían metido, su paranoia estaba aumentando, podía jurar que había escuchado unos pasos por el pasillo y que la delgada pared entre la sala de juntas y la cocina de la oficina no era lo suficientemente gruesa —Aquí no... no podemos, si nos descubren... — Él hablaba con tanta seriedad, pero Harry no podía tomarlo en serio, no cuando sus manos lo mantenían con fuerza para que no se alejará de él.
No podía separarse como él, le decía que no pero sus besos largos en su cuello y sus filosos dientes en sus labios le decían otra cosa.
—Está bien si no quieres... luego será — Harry le susurró en los labios.
—No, no... definitivamente quiero... pero en la casa será cómodo... prefiero una cama, la verdad... ¿Puedes parar por favor? — preguntó suplicando. Harry se rió muy fuerte —Sh... shh... ¡Harry! — pero luego se tuvo que callar de inmediato.
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El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)
RomanceLouis es un exitoso abogado penal, casado con dos hermosos hijos ¿Qué hace con un insaciable amante de 19 años? "Cuando se cierran las puertas del amor cotidiano todos necesitamos una salida de emergencia"