Capítulo 6 - "Harry Styles"

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Capítulo 6 - "Harry Styles"

Recogí todas mis cosas en las cinco maletas que tenía. Cuando terminé pensé en varias cosas. Como el ¿Qué dirán mis amistades cuando se enteren? Esto debía ser una mala pesadilla, muy mala.

Bratt me ayudo a bajarlas y guardarlas en el auto, observé a Olly venir hacía mí con sus mejillas húmedas y en cuánto llegó, salté a sus brazos estrechando la en un fuerte abrazo.

- Anais mí niña, cuidate mucho por favor- se escuchó en modo de súplica, me soltó a regañadientes y yo limpié sus mejillas.

- Te voy a extrañar Olly- la volví abrazar.

- Cuídate mucho y no dejes que ése joven te obligue a cosas que tú no quieras- se dedicó a mirarme fijamente.

- Sé darme mi lugar, no te preocupes- sentía mis mejillas calientes, estaba sonrojada, porque entendía a que se refería, sexo.

Salí de mí antiguo hogar y levante la mirada hacía la terraza, en la que se encontraba mí madre haciendo señas de que me fuera. La miré una última vez y subí al auto, este empezó su recorrido por las calles de California.

08:22pm
Tú:
Santi, te voy a extrañar. Prométeme que tú también lo harás. Me voy de casa o mejor dicho, me echaron. Justo ahora voy de camino a la casa del sujeto que me compró. Sí, Marck me vendió. No te preocupes por mí. Te quiere tu hija Ani❤️.

08:23pm
Tú: (Mensaje de difusión: Amér💕 y Alice💕)
Chicas, prométenme que aunque no las vuelva a ver jamás, seguiremos siendo las mejores amigas hasta después de nuestra muerte. Hoy mi padre me vendió a un hombre, el cual ni le conozco el nombre, tranquilas no se preocupen por mí. Las quiero y las extrañaré mucho❤️.

Llegamos a su casa, la cual quedaba al sur de California. Tenía un hermoso jardín delantero con rosas y más especies. Abrieron la puerta trasera del auto indicando que bajará, lo hice y en la puerta de la mansión, porque éso era, una mansión; pude ver a el joven perverso. Sonreía mostrando sus hoyuelos, tenía puesto unos lentes oscuros que cubrían sus verdosos ojos y sin faltar su traje negro. Caminé hasta la puerta, seguida de Bratt quien traía mis maletas, cuando el hombre vio mis maletas, le hizo una seña al sujetó que tenía al lado, para que las subiera. Acomodé mi cartera en mi hombro y carraspeó obteniendo su vista hacía mi.

- Hola preciosa, bienvenida a mi humilde hogar- extendió sus brazos a los lados- Por favor Carmen, llevé a la señorita Anais a su habitación- le hizo una seña a la mujer quien asintió- Yo te veré más tarde preciosa- guiño y luego se adentró al lugar.

Entré observando todo a mí alrededor, era muy enorme con muebles hermosos de color gris y tenía mucha tecnología. El piso era totalmente negro de porcelanato que hasta podía ver mí reflejó en él, tenía un cielo razo muy alto, todas las paredes eran blancas y sus decorados eran gris y negro.

- Sígame señorita Ana- me hizo una seña, Ana me llamó por mi sobrenombre y ella lo notó por mi mueca- Disculpe si no le gustó que le dijera así, fue mi error- estaba apenada.

- Tranquila Carmen, sí quieres me dices Anais, Ana o Ani, como más te guste- le regalé una pequeña sonrisa.

- Está bien, sigame por favor- hizo un ademán para que la siguiera.

Subimos las escaleras, caminando por unos pasillos. Llegamos a una habitación enorme, al pasar noté que mis maletas ya estaban allí. Las paredes eran blancas, en el centro de la habitación había una cama king con sábanas blancas, fundas negras con franjas y las almohadas grises.

Una gran peinadora con un espejo ancho de cuerpo completo, una pequeña sala a mi izquierda, una gran terraza como balcón. En el había una mesita y dos sillas, muchos ventanales y también habían tres puertas más. Me acerqué a la primera y a dentro era un armario, con ropa de mujer incluída, supuse que lo compró para mí. Pase y revisé cada prenda, eran mayormente vestidos reveladores, algunos eran casuales, pero muy pocos; pantalones de vestir, blusas de variadas tonalidades. En una repisa alta habían muchos zapatos, tacones de plataforma, botas de suela baja y con tacón, sandalias de todos los colores y un sólo par de tennis, ¿Me pregunto porqué?.

En otros cajones habían pijamas cortas y mucha lencería de distintas formas y colores. Tomé una entre mis manos y la eleve, era un conjunto rojo con tirantes y de tanga, esto era increíble, eran muy hermosas, pero no pienso utilizarlo con él, bueno, sólo en algún caso de emergencia. Cerré el cajón.

Salí del cuarto y abrí la siguiente puerta, la cual resultó ser otro armario, lo diferente es que en él habían muchos trajes, negros, azules, grises y más. Muchos zapatos de vestir y en los cajones habían bóxers. Rápidamente lo cerré, éste seguramente sería el armario del joven perverso.

Salí del cuarto y abrí la siguiente, éste era un baño enorme con dos lavamanos, una tina, una ducha, el retrete, una despensa de toallas y un gran jacuzzi. Al salir, noté que Carmen aún seguía en la habitación, pero estaba llevando mis maletas al armario, fui hasta allí y al parecer, se sobresaltó con mi presencia.

- ¡Señorita Ana!- se llevó las manos al pecho- Me ha asustado, discúlpeme- poco a poco sacaba mis pijamas y las guardaba en los cajones.

- Discúlpame tú a mí, ¿Te ayudo?- me acerqué a su lado.

- Tranquila señorita Ana, yo lo hago- me sonrió.

- Por favor Carmen, dime Ana, no señorita Ana, me siento vieja, en mi antiguo hogar me llamaban por mi nombre y te agradecería que tu igual lo hicieras- quité mi cartera y la coloqué en el perchero. Saqué mi teléfono, mi pequeña cartera de efectivo y mis cigarrillos.

Al girarme para ir a ayudar a Carmen, noté que a un lado de la puerta, estaba él observándome con su semblante serio. Carmen salió del cuarto y apenas lo vió, se retiró de la habitación sin decir nada. Él caminó hasta quedar sentado en un sofá rojo de la sala.

- Bueno preciosa, antes no había preguntado por tu nombre completo, ¿Me darías el honor de escuchar lo?- invitó a que me sentará a su lado, pero lo hice en su regazo.

- Anais Alyson Parker Smith, ¿Y tu joven perverso?- rodee su cuello con mis brazos y él me tomó de la cintura.

- Harry Styles preciosa, pero aquí todos me conocen como el Hijo de Satanás- apartó un mechón de mi cabello y lo colocó detrás de mi oreja.

- Interesante nombre, joven perverso- mordí un poco su cuello y él me dió un apretón en el muslo.

- Interesante mujer, para ser estadounidense- dejó un bien marcado chupón en mi cuello, donde fácilmente, cualquiera lo vería.

- Dígame joven perverso Styles, ¿Dejará que duerma aquí sola, toda la noche? Eres cruel- me acerqué un poco más, rozando su entrepierna con mis glúteos, un pequeño jadeo escapó de sus labios.

- Desearía que no cariño, pero tengo unos asuntos que atender- con delicadeza, depósito mi cuerpo en el sofá, levantándose- Buenas noches mi preciosa Anais- besó la comisura de mis labios y luego se marchó.

Acaricié justo donde sus labios tuvieron contactó con los míos. El joven perverso será un problema para mí, si no sé controlar la situación. Ésta noche, supe que de mi mente, no desaparecería, ésos ojos de Harry Styles.

Harry en multimedia.

Vendida Para StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora