Vendida Para Styles

Capítulo 8 - "¿Encerrada?"

Capítulo 8 - "¿Encerrada?"

Estoy encerrada en la habitación desde que se marchó, sin hacer nada. Recordé que tengo un teléfono y amigas posiblemente preocupadas, lo busqué en el peinador, pero no estaba.

- ¿¡Dónde está mi jodido teléfono!?- grite, miré hacía los alrededores y no lo veía por ningún lado. En la mesita de noche noté una carta, extrañada la tomé puesto que llevaba mi nombre en el.

Mi preciosa Anais

Preciosa, como sabía que irías a buscar tu teléfono para hacer llamadas, me lo llevé, asegurándome de que no intentarás hacer una tontería. Recuerda que aún te vigilo y cualquier paso que des, yo estaré al tanto.

Hxx

Bufé y arrugue la nota en mi puño, luego la arroje al bote de la basura. Estúpido é imbécil Harry Styles, lo detesto. Me asomé por el balcón y estudié cada rincón de la propiedad. Sin duda alguna, nunca podría salir de aquí por mi cuenta, un muro de más o menos 5 metros de alto sé hallaba alrededor del terreno, un portón gigante, que sólo se abre por el centro de control y la cantidad de vigilancia que había en el lugar. Bufe por mi derrota, pero aún así no me rendiré, buscaré una salida, algún día. Decidí quitarme la ropa y los tacones para luego tirarme a la cama gigante y dormir felíz hasta el día siguiente.

Pero la felicidad no me duró mucho, ya que al cabo de unas horas, me levantaron diciendo que Harry me esperaba en su despacho, por lo que tuve que levantarme a regañadientes. Me vestí nuevamente y salí de la habitación topandome con William, quién vestía de traje y se hallaba al lado de la puerta.

- ¿Will, qué haces aquí?- acomode un poco mi cabello.

- Hola señorita Ana- asintió como saludo- El señor Styles la está esperando en su despacho, acompañeme por favor- hizo un ademán para que lo siguiera y avanzamos por los pasillos.

Al llegar al preciado despacho, él golpeó la puerta. Del otro lado de ella sé escuchó un Adelante, le sonreí y entré al lugar.

- Necesitó hablar un tema importante contigo Anais, por favor toma asiento- él se encontraba en su asiento de cuero negro, señaló la otra silla, una de cuero blanca al frente de su escritorio, asentí y caminé hasta allí para tomar asiento.

- ¿De qué trata?- lo miré atenta.

- ¿Te gustaría no estar encerrada todo el día en la habitación y en cambió, darme una ayuda en el trabajó? Ó ¿Es mucho para ti?- se inclinó sobre el asiento.

- ¿Estás seguro de lo qué dices? Al fin y al cabo, llevé únicamente cuentas falsas, además, ¿Qué zona trabajaría?- se levantó, caminó hasta un mini bar, sirvió dos copas de algún licor y luego volvió a su asiento. Me entregó una copa, se llevó el tragó a sus labios y estos se adaptaron perfectamente.

- Cumplimiento de la venta- acomodé mi vestido, bebí un tragó y el fuerte alcohol se arrastró por mi garganta- Te apremiare un poco, tu podrás elegir la recompensa- firmó algo en un papel é hizo lo mismo con el siguiente.

- Suena interesante la propuesta, pero, ¿No es como muy sencillo? Digo, quizás tu quieres algo más a cambió, algo de mi- me incliné un poco, apoyando los codos sobre el escritorio, su mirada dudó, entré mi escote y mis ojos.

- Una mujer atrevida, me gusta- se tardó en apartar la vista de mis labios- Pero no pienso abusar de ti, hasta tener tu consentimiento, al fin y al cabo, soy un caballero- bebió un tragó, dejando húmedos sus labios.