Capítulo 7 - "Desayuno"

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Capítulo 7 - "Desayuno"

Luego de que se marchará de la habitación, coloqué mis pertenencias en el peinador, tomé del armario una pijama. La cual consistia en un camisón a franjas rosas y una braga negra.

Entré al baño colocando la ropa de dormir en la despensa de toallas, me saqué la ropa, colocándola en la cesta de ropa sucia. Me desate mi cola de cabello, dejándolo caer sobre mis hombros. Abrí el grifo y el agua caliente empezó a bajar por mi cuerpo, tomé el jabón y lo restregue por todo mi cuerpo, quitando la suciedad de todo mi día.

No podría disgustarme más éste día, odio a mis padres y sobre todo a Harry Styles, por aceptar comprarme. Salí de la ducha, envolviendo una toalla alrededor de mi cuerpo, tomé otra y con ella se qué mi cabello húmedo. Me coloqué el pijama y la braga, cepille mi cabello, lavé mis dientes y salí del baño cerrando la puerta a mis espaldas. Me tumbe en la cama y dejé que el sueño me venciera.

***

- Adelante- escuché dos golpes en la puerta de mi despacho.

- Joven Styles, aquí le traje su café como a usted le gusta, el señor Stark vendrá en un rato- dejó la bandeja con una taza en la mesa.

Stephen siempre llegando tarde, algún día lo ahorcare.

- Gracias Carmen, antes de que te vayas, ¿Me podrías hacer un favor?- me llevé la taza a mis labios. Carmen es la empleada más fiel que tengo, no confiaría en alguien más, que no sea ella.

- Si señor- asintió.

- Necesitó que mañana a las ocho, despiertes a Anais para el desayuno, tiene que estar a las ocho y media en el comedor vestida apropiadamente, éso es todo- tomé otro sorbo de café.

- Excelente joven, yo me encargó de éso, no se preocupe, me retiro, buenas noches- asintió saliendo del despacho.

En cuanto Carmen se marchó, seguí con mis asuntos en la portátil, tomé de mi taza y deseé que esto me mantenga despierto toda la noche.

***

- Señorita- alguien susurro muy cerca de mi- Señorita Ana- tocaron mi hombro, cuando abrí los ojos era Carmen, quien sonrió al verme despierta.

- Hola Carmen, ¿Qué sucede?- me restregue los ojos y me incorporé un poco, así quedando sentada en frente de ella.

- Buenos días Ana, necesitó que se aliste, el joven Styles la espera para desayunar- miré el reloj y eran las ocho de la mañana.

Éste está loco, pero mucho con demasiado.

- ¿Qué?- me exalte- Pero apenas si son las ocho, ¿Quién puede comer a está hora? Ni siquiera tengo hambre- me crucé de brazos.

- Disculpa Ana, pero el desayuno aquí se sirve a las ocho y media, y el joven Styles me pidió que la levantará para que se pueda arreglar- caminó hacía el armario, buscando ropa.

- Está bien Carmen, me levantaré ahora mismo- sonreí.

- Con su permiso, me retiro- dejó una ropa en el sofá del cuarto, asintió y luego salió de la habitación.

***

- Carmen- la llamé.

- ¿Si joven Styles?- se acercó hasta el comedor.

- ¿Dónde demonios está Anais? Creo recordar que te pedí, que la despertarás a las ocho- estaba enojado, aquí las órdenes se tenían que cumplir.

- Si señor y éso hice- murmuró.

- Si pues yo no la veo- observé todo el comedor- ¿O tú si?- me crucé de brazos.

- No señor- casi susurró, ella no merecía que le hablará así, pero Anais apenas tenía un día y ya me estaba sacando de mis casillas, así que me calmé.

- Perdóname Carmen, por hablarte así, pero sabes muy bien que no soportó que no cumplan mis órdenes- me relajé. Carmen no dijo nada por lo que continué- Por favor ve por ella, tendré que hablar seriamente con esa niñ...- una voz femenina me interrumpió.

- ¿A quién llamas niña, joven perverso?- escuché su voz. Bajaba las escaleras teniendo la frente arrugada, sus brazos cruzados por de bajo de sus pechos, lo cual los hacía ver más grandes.

- A ti preciosa- sonreí, se acercó meneando sus caderas, haciendo que su vestido, se moviera sutilmente.

- ¿Yo? Tengo veinte años, por lo tanto, no soy una niña- se sentó a mi lado, cruzó sus piernas y me observó atenta.

- Tengo veinticinco años, por lo tanto, ambos somos adultos- observé esos labios, desde la primera vez que la vi en el despacho, las ganas de probarlos, inundó mi ser en un deseó feroz.

- Que bueno que lo tienes claro- guiño. Carmen dejó su desayuno frente a ella- Gracias- le agradeció, ella asintió y se retiró.

- Perfectamente cariño, ¿Qué sé sintió, ser una adulta en Londres?- terminé de llevar un trozo de fruta a mi boca y ella casi se ahogó con la comida.

- ¿En Londres?- la confusión invadió su rostro por un segundo, pero luego su semblante se relajó- ¡Ah! Cierto que te gusta espiar a las personas, oye, ¿Es un fetiche ó sólo lo hiciste conmigo?- pinchó un trozo de fruta y con una lentitud enorme, lo llevó a su boca, provocandome.

- Siéntete afortunada, porque has sído la única a la que he vigilado por tanto tiempo- tomé de mi taza de café.

- Que honor, pero dime, ¿Con qué finalidad?- sonrió.

- Me interesó saber cuáles eran tus hábitos y estar preparado para lo que vendría- sonreí de lado.

- Una táctica eficaz, pero dime, ¿Aprendiste algo?- tomó de su vaso de jugó.

- Probablemente si, pero hablaremos de éso en otro momento- me levanté- Regresaré en la noche, cariño no intentes nada, recuerda que te tengo vigilada- tomé las llaves y me le acerqué- Hasta luego mi preciosa Anais- besé sus comisuras.

Creó que nunca había escuchado una risa tan angelical y de todas las mujeres con las que he estado, Anais sin duda, será la única mujer con la más deseo estar. Ella pasará por mi cama, éso es seguro. En el vehículo, sentí mi teléfono vibrar.

09:07am
Stephen:
Señor, ya todo está listo para la entrega de ésta tarde, ¿Necesita algo más?.

09:08am
Tú:
Necesito una reunión con mis amigos, llamalos y avísales que hoy nos tenemos que ver.

09:09am
Stephen:
Sí señor, cuente con ello.

Carmen en multimedia.

Vendida Para StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora