Me acerqué a mi blanco, como una mujer decidida en una misión. Iba a recuperar mi vida y mi poder de chica esta noche, así fuera lo último que hiciera. Y al carajo Maximilian Meyer por rechazarme. No iba a dejar que me deprimiera.Me abrí paso hasta que envestí la espalda de mi objetivo, haciéndole tambalearse hacia adelante y volcar la cerveza que sostenía en todo el frente de la linda camiseta polo amarilla.
—Dios mío. Lo siento mucho. —Obligándome a no reír en triunfo, agarré un puñado de servilletas de la mesa al lado nuestro—. ¿Estás bien? No puedo creer que haya hecho eso. —O que lo haya pillado perfectamente.
Se volvió hacia mí lentamente, su rostro mudo de rabia, pero cambió cuando me vio. Batí mis pestañas y desplegué mi simpatía mientras tomaba su camiseta empapada. —Oh, pobrecito. Déjame reparar esto por ti. —Le limpié el pecho un par de veces, no era un mal pecho, pero tampoco el mejor.
—Déjame comprarte otro trago. —No pareció darse cuenta que no usaba una pulsera de legal-para-beber como él, que significaba que no era capaz de comprarle nada, a menos que fuera soda normal. Si lo hubiera hecho, podría haber sabido seriamente cuanto esfuerzo hacía para parecer que este encuentro era casual.
En cambio, dio un paso directo en mi trampa. Levantó la mano para que dejara de girar hacia la barra. —No, está bien. ¿Qué tal si te compró a ti una bebida?
—¿En serio? —Guau, esto fue casi demasiado fácil—. Eso sería genial.
Gracias. —Miré disimuladamente hacia el bar mientras hacía a un lado de mi cara un largo mechón del flequillo.
Mi estómago se llenó de nervios. Podía ver a León desde donde me hallaba mientras servía a alguien una cerveza embotellada. Julian Draxler estaba detrás de la barra con él, pero ninguno de ellos se fijó en mí, así que di un pequeño paso hacia un lado para esconderme un poco mejor y seguí sonriendo al señor Misión Cumplida.
—Soy Celine —dije por encima del ruido mientras le tendía la mano.
—Trey —respondió, sacudiendo la mía y tirándome un poco más cerca de él antes de soltarla.
—Gracias —le dije y cogí la botella. Pero antes de que pudiera tomarla, otra mano se abalanzó y me la quitó.
Mi estómago se hundió hasta mis rodillas.
Atrapada.
Elevé la mirada, esperando encontrar a un furioso León, pero me sorprendió ver a Maximilian . Ignorándome, miraba a mi potencial aventura de una noche como si quisiera patear el trasero de Trey.
Una burbuja de entusiasmo rebotaba en mi pecho. ¿Estaba celoso? Lucía casi celoso. Un loco de celos. Esperaba que estuviera celoso y me apartara, olvidándose de sus cuatro zorras, y me llevara a casa con él.
—¿Estás ciego, imbécil? —Agarrando mi codo, levantó mi brazo y sacudió mi muñeca desnuda en la cara de Trey—. ¿Quieres ir a la cárcel esta noche por darle alcohol a una menor de edad?
Mi boca se abrió mientras un hipócrita Maximilian continuaba fulminando con la mirada a Trey, porque ese chico solía ser uno de los compañeros de trabajo de León que me daba alcohol gratis cada vez que trabajaba en la bar y mi hermano no.
—Yo... yo... —Con su cara inundada por un brillante y avergonzado rojo, Trey me miró, sus ojos llenos de alarma. Noté por la expresión en su rostro que apenas se dio cuenta de que lo engañaba—. No sabía que era menor de edad. Lo siento.
—Bueno, tal vez te habrías enterado si hubieras sido capaz de evitar mirar sus pechos el tiempo suficiente para ver que no lleva una pulsera, estúpido.
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My secret love-- Max Meyer
FanfictionSegunda entrega de Teach me to love Max es poco agradable, tosco, mal hablado, mujeriego y le gusta hacerlo a oscuras... Pero Maximilian es dulce, comprensivo, mejor amigo y siempre tiene una broma en los labios. Max da todo por sus amigos Maxim...