Celine: La Visitante nocturna

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Estuve alejada de él durante tanto tiempo como me fue posible. ¡De verdad! Pero había algo acerca de Maximilian Meyer que me mantenía regresando por más. Me gustó cómo fue tan dulce y agradable conmigo cuando nos conocimos hace un año, pero luego, también me gustó cómo se convirtió en un sabelotodo gritón, aún más. La única cosa que nunca me gustó fue su constante atención sexual con otras mujeres. Podría vivir sin aquello.

Mi obsesión era la antítesis de sano, pero entonces, nunca había sido conocida por seguir el camino sano y correcto ¿verdad?

A las cinco de la tarde, lo deseaba como un adicto a su siguiente dosis.

Sabía que León tenía que trabajar esta noche —le escuché mencionárselo a Alaya. Y el chico de la banda de la otra noche , Julian Brandt sin duda estaría allí. Le gustaba trabajar los sábados desde que la convirtieron en noche de karaoke, y nada que hacer dado que la música del club era su creación. Además que los sábados se habían vuelto tan concurridos últimamente que ahora necesitaban tres camareros en vez de sus dos regulares.

Le di una mirada al horario de trabajo de León y, síp, Maximilian trabajaba esta tarde.

Eso significaba que necesitaba una razón para visitar el club nocturno Purple

Me mordí el labio, repasando las opciones que junté en mi cabeza. No podía ir sola; León sabría que algo sucedía. Maldita sea, ¿por qué tenía que trabajar también esta noche?

No era como si iba simplemente a saltar sobre Maximilian justo ahí en el bar. Todavía no quería que supiera que yo era la mujer con la que estuvo la noche anterior.

Pero eso significaba que necesitaba a alguien conmigo — una celestina— o León podría sospechar. Así que llamé a mi fiel mejor amiga. Zoey contestó al tercer timbrazo. —¿Hola? —Sonaba un poco sin aliento, haciéndome preguntarme exactamente qué había interrumpido.

Hice una mueca. Genial. Que Max trabajara significaba que Zoey y Josh tenía el apartamento que compartían con él para ellos solos por la noche.

Bueno, tendrían que conseguir su tiempo de acurrucarse otra noche.

Ellos ya tenían su felices para siempre; tenían el resto de la eternidad para estar juntos.

—Te necesito —le dije.

—Oh no. ¿Qué pasa? —La preocupación de inmediato encendió su voz.

Maldita sea, la amaba.

—He hecho la cosa más loca en toda mi vida, y ahora mismo, necesito tu apoyo y aceptación, y... y ayuda. Necesito tu ayuda.

—Está bien —dijo lentamente—. ¿Necesito llevar mis botas de montaña, una pala y un poco de lima, o... dinero de fianza?

Reí y me relajé. —Ninguno de los dos. No maté a nadie... y no estoy en la cárcel. Ni siquiera violé la ley.

—Bueno, eso es un comienzo. ¿Qué has hecho?

—Mm... Creo que tengo que decirte esto en persona. ¿Podemos ir a Purple en, digamos... media hora?

—Claro.

Me mordí el labio y respiré hondo antes de añadir la parte más difícil de mi petición. —Y... ¿puedes no traer a Joshua?

Siguió una pausa. Entonces, finalmente, preguntó—: ¿Por qué no puedo llevarlo?

—Porque... esto es una cosa de chicas, y yo... yo simplemente no puedo hablar de ello contigo cuando está esta sentado entre nosotras.

—Pero, él no es...

—Zoey, por favor.

Suspiró. —Está bien. Josh puede quedarse en casa.

My secret love-- Max MeyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora