MyC: Una vista al pasado

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Max

Goretzka resopló. —¿Y todavía no sabes quién era?

Negué con la cabeza, inseguro si lo quería saber. Sí, en realidad no quería saberlo. Porque si hubiera sido quien yo quería, estaría seriamente jodido. Y si no lo hubiera sido, estaría seriamente... decepcionado. —Se largó de allí como si su trasero estuviera en llamas tan pronto como terminamos. Ya te lo digo, ella no quería que yo supiera su identidad.

Pero esa idea no perturbaba a mi amigo. —Bueno, no culpo a la pobre chica —dijo con una sonrisa desagradable—. Si yo fuera una mujer que se sintiera atraída por ti, estaría demasiado humillada para que nadie, incluso tú, lo supiera.

—Cabrón. —Era mi turno de darle una patada bajo la mesa.

Puso los ojos en blanco como si estuviera mucho más allá de tales travesuras infantiles. —Por lo tanto, fue el mejor sexo de tu vida, y nunca serás capaz de lograr repetirlo porque no tienes ni idea de a quién acudir para la segunda noche. Genial, hombre. Gran manera de arruinarlo.

—Oh, mierda. —Me caí en mi silla, mirándolo con la boca abierta—. Tienes razón.

Nunca conseguiría a esa mujer misteriosa de nuevo.

No era divertido.

—Hola, chicos. —Un Kimmich sin aliento nos interrumpió sentándose en la silla libre entre nosotros y desplomándose con un jadeo agotado.

—¿Qué me he perdido? —preguntó.

Goretzka se rió, y sabía que iba a decir algo por lo que tendría que golpearle el trasero una fracción de segundo antes de que él le preguntara—: Oye, tu chica no se levantó en la mitad de la noche ayer, para no sé... tomar una copa o ir al baño o algo así, ¿verdad?

—Callate—murmuré, inclinando la cabeza hacia atrás y apretando los ojos. Solo tenía que decirlo, ¿no?

—Uh... —La confusión nubló la voz de Josh mientras nos miraba a los dos—. No creo. ¿Por qué? —Su mirada se posó en mí antes de volver a León.

—Porque aquí Max tuvo una visita a medianoche en su cuarto. Una chica lo encontró en la oscuridad, lo hicieron hasta reventar y entonces ella huyó antes de que él pudiera conseguir su nombre o verle la cara, y no tiene ni idea de quién era.

Apreté los dientes por la forma vulgar en que lo contaba. Lo cual era extraño, porque en cualquier otra ocasión, lo hubiera expresado más o menos del mismo modo. Pero desde que la imaginaba con las cualidades de Celine, de repente no parecía tan gracioso decirlo así.

Las cejas de Kimmich se fruncieron con confusión antes de que se dispararan hasta el nacimiento del pelo. Se volvió hacia mí con una mirada incrédula. —¿Y crees que fue Zoey?

—No. Sé que no era ella. Y nunca pensé que lo fuera. A este imbécil se le ocurrió esa idea todo por su cuenta.

Josh lanzó su mirada severa a Goretzka.

—Vaya —dijo León, levantando las manos también, pero riendo mientras tanto—. Solo bromeaba. ¿Quién hubiera sido la primera conjetura de ustedes?

—Alguna fan del fútbol —dijo Josh de inmediato.

Celine, pero no dije nada. Gemí en mis manos antes de dejarlas caer de mi cara. —El hecho es que no tengo ni idea de quién era la señorita Visitante Nocturna, y estoy seguro de que nunca lo sabré. Así que vamos a dejarlo pasar ya. ¿Vale? ¿Por qué me irritaba todo hoy?

Josh y León me miraron. Luego se miraron el uno al otro. Cuando se dieron una sonrisa astuta, puse los ojos en blanco. Pero Dios... Maldita sea.

Echaba de menos los días en que todos mis amigos habían estado tan solteros y disponibles como yo. Ahora que ellos estaban bajo las órdenes de sus mujeres, parecían estar pensando que yo también debería estarlo, como si hacerlo a una mujer durante el resto de mi vida fuera una gran cosa, increíble.

My secret love-- Max MeyerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora